El liderazgo que soñó Ángel Herrera, por Sandra Várez

En los últimos años se utiliza mucho la palabra liderazgo, más como añoranza que como referencia. La coyuntura política y social ha puesto en la picota la figura de un líder que habla, que actúa y que arrastra, de un modo que tiene más que ver con la inmediatez de un tuit que con un mensaje de calado. Personajes con carisma impostado que generan ideas de digestión rápida, discursos superficiales para problemas profundos y tendencias que duran lo que tarda en cambiar la «agenda setting». En un momento de profunda crisis política, social y de valores, existe un liderazgo cada vez más superficial, que genera un sentimiento de vacío y de añoranza de etapas que no fueron más fáciles o mejores, pero en las que se creía y se trabajaba por un liderazgo dirigido a la búsqueda del bien común.

Sobre esta base trabajó el cardenal Ángel Herrera a lo largo de su vida, y sobre ella cimentó la mayoría de sus obras: la formación de minorías selectas, buenos profesionales y mejores personas que, inspirados en la Doctrina Social de la Iglesia, fueran capaces de crear un nuevo orden social y político, basado en un liderazgo más humano. Siguiendo esta línea, la Fundación Pablo VI, obra casi póstuma de Herrera Oria, ha llevado a  cabo su primer programa de Liderazgo Iberoamericano en España. Un programa de formación y encuentro, con el propósito de trabajar en un liderazgo más auténtico y comprometido y favorecer la «cultura del encuentro» a la que llama el Papa Francisco: diálogo entre culturas diferentes, diálogo entre los hombres y las mujeres de hoy, diálogo entre creyentes y no creyentes, diálogo de Dios con el hombre y del hombre con Dios.

Durante más de 20 días, quince hombres y mujeres procedentes de seis países de América Latina (México, Ecuador, Chile, Argentina, Colombia y Perú) han participado en un ambicioso programa formativo, diseñado y becado en su integridad por la Fundación Pablo VI con el patrocinio de Santander Universidades, que ha incluido formación teórica y práctica, visitas a instituciones públicas y privadas, y entrevistas con destacadas personalidades del mundo de la empresa y la administración. Más que una formación reglada, ha sido una oportunidad de intercambiar experiencias, visiones y estrategias sobre lo que es y debe ser el liderazgo en el mundo de hoy, con un valor añadido: el que ofrece el encuentro entre diferentes países, perfiles profesionales y disciplinas académicas. (Publicado en ECCLESIA, número 3981)

 

 
 
 



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