Entrevista publicada en el nº 4.055 de la Revista Ecclesia
La pandemia de la covid-19 ha impactado en nuestras sociedades de forma muy dramática. A la crisis sanitaria y las terribles cifras de enfermos y muertos va unida una profunda crisis económica que está aumentando las desigualdades y generando una desvinculación de la sociedad hacia las instituciones políticas, sanitarias y económicas. A pesar del halo de esperanza que se abre con cada noticia sobre la evolución de la vacuna, lo vivido en estos últimos meses muestra que el mundo post covid-19 no puede ser una vuelta completa a la normalidad, porque, precisamente, en esa normalidad radican muchos de estos problemas: la desigualdad, la deshumanización y la degradación medioambiental, tal y como ha dicho el Papa a los jóvenes empresarios y economistas reunidos estos días en el encuentro Economía de Francisco. En estos tiempos, son múltiples las iniciativas y reflexiones, desde distintos ámbitos, para buscar las claves sobre cómo salir de esta situación con un modelo mejor, más sostenible e igualitario. Un ejemplo ha sido el encuentro que Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, ha tenido con los obispos españoles reunidos en Asamblea Plenaria. Desde su conocimiento del tejido empresarial español y su actitud constante de colaboración con el Gobierno, los sindicatos y demás agentes sociales, Garamendi ha hablado con los obispos sobre el impacto de la pandemia en las empresas españolas y cómo están trabajando para evitar que nadie se quede atrás.
El impacto de la pandemia en la economía está siendo muy fuerte. Hay empresas que están cerrando para no volver a abrir y hay modelos de negocio que se están viendo obligados a la reconversión. ¿Cómo saldrán las empresas de esta pandemia? ¿Qué sectores se están viendo más perjudicados?
Sin duda, estamos ante una situación muy difícil. Una crisis nunca vista que está afectando a muchas, por no decir a todas, las empresas de nuestro país. Cualquier cambio, y más de esta envergadura, trae consigo transformaciones profundas, y la crisis de la covid-19 está acelerando esta situación. Estas transformaciones van a afectar a todas las empresas españolas: desgraciadamente muchas desaparecerán, muchos trabajadores y empresarios pasarán por momentos difíciles a nivel laboral, casi todas pasarán grandes dificultades económicas y, otras muchas, las que sepan aprovechar los cambios para adaptarse, saldrán de esta crisis reforzadas y ocupando una nueva posición. En este sentido, me gustaría ser optimista porque muchas de nuestras empresas están trabajando por salir de esta crisis más preparadas y adaptadas a la situación actual. Existen una serie de palancas que las empresas tienen que activar si quieren subirse a este carro, como son la formación, la digitalización, la innovación, la igualdad y la sostenibilidad.
Con respecto a los sectores, es cierto que existen muchos a los que esta crisis ha afectado directamente. Como es el caso del turismo, de la hostelería, el sector del ocio nocturno… Y no podemos olvidar muchos otros sectores que forman parte de la cadena de valor y que también se están viendo directamente impactados por esta pandemia.
Según datos del FMI, la economía española está siendo la más castigada por el coronavirus, con una caída del 12,8 por ciento del PIB este año, justo lo que aportan el turismo y la hostelería a nuestro país. Vemos cada día las situaciones dramáticas que están viviendo pequeños hosteleros, empresarios del sector del ocio, etc. ¿Cree que un modelo económico basado en este sector es más vulnerable a situaciones como la que estamos viviendo? ¿Es necesario un cambio para afrontar los retos del mundo post covid-19?
A mí me gusta siempre hablar de uno de los retos que nos habíamos propuesto en nuestro país, que es el 20-20-20: llegar al año 20 obteniendo un 20% de nuestra energía de manera renovable y con una industria que genera el 20% de nuestro PIB. Sin embargo, de estos tres parámetros, solo hemos conseguido llegar al año 2020.
No obstante, las empresas españolas están actualmente mucho más preparadas para superar una crisis si comparamos con la situación en la que se encontraban en el año 2008. Ahora tenemos casi 200.000 empresas internacionalizadas, mientras que en la anterior crisis eran 50.000. Esto ha sido clave para el tejido empresarial.
En esta línea, me parece que el sector turístico ha hecho muy buen trabajo durante estos años y se ha convertido en un ejemplo a nivel internacional. ¿Es necesario un cambio productivo? Creo que lo que debemos hacer es apoyar a la empresa, de cualquier sector. Las empresas son las que crean empleo y generan riqueza y, además, el tejido empresarial es la clave para salir de esta crisis.
La pandemia ha mostrado una nueva cara de los riesgos asociados a la sociedad global. La dependencia de proveedores procedentes de localizaciones geográficamente alejadas ha paralizado actividades económicas y ha generado problemas graves de abastecimiento de productos sanitarios. ¿Hay planes para revertir esto y promover la relocalización de las empresas?
Las empresas actualmente operan en un mundo cada vez más globalizado. Sin duda, la globalización ha llegado para quedarse y trae importantes retos para las compañías, pero también oportunidades. La situación que hemos vivido durante los últimos meses ha sido completamente excepcional y, por eso, las empresas deben seguir trabajando y debemos impulsar planes para adaptarnos a este mundo global. En España, también tenemos muchas empresas internacionales que operan en nuestro país y que generan empleo y riqueza. Me parece que la clave es la adaptabilidad de las empresas.
Antonio Garamendi dialoga con Mons. Joseba Segura en el Foro El Mundo post COVID-19
celebrado en la Fundación Pablo VI en el mes de junio
En esta misma línea, se ha caído en la cuenta del valor de los costes de producción y de cómo los modelos low cost generan, a la larga, grandes riesgos. ¿Cambiará esta pandemia también el modo de consumo de cara al futuro? ¿Conseguiremos recuperar el comercio local, tan castigado ya por el modelo del bajo coste o el de las grandes plataformas de comercio digital?
La pandemia ha puesto sobre la mesa el valor del ‘e-commerce’. La tecnología, el mundo digital, la globalización y los cambios sociales que han generado han modificado el comportamiento de compra de los consumidores. La distribución comercial es uno de los sectores que está viviendo, desde hace ya algunos años, una verdadera revolución. Y las tiendas y las cadenas de tiendas que no se están adaptando a ese nuevo escenario son las que más problemas están teniendo para afrontar con solvencia la situación actual. En esta línea, sería necesario un acompañamiento para que estos negocios sean capaces de afrontar esa transformación digital.
Cada día nos llegan noticias de comercios de proximidad, tiendas de siempre, que se ven obligadas a echar el cierre de sus negocios porque la situación se ha hecho insostenible para ellas. Y esto, siendo un desastre económico para esos comerciantes, pequeños, medianos, que dejan atrás años de esfuerzo y trabajo y, en muchos casos, toda una vida dedicada al negocio, -que sin duda lo es-, va mucho más allá. Porque el comercio urbano, el comercio de proximidad, además de ser negocios generadores de riqueza y empleo son, -y esto es indiscutible-, auténticos vertebradores de la vida de las ciudades en las que operan. Creo sinceramente que el comercio local va a recuperarse de esta crisis, son empresas clave para el desarrollo de muchas ciudades y pueblos españoles.
“Creo sinceramente que el comercio local va a recuperarse de esta crisis. Debemos trabajar por reconducir nuestro mercado laboral y acabar con ese lastre que tenemos que es el paro estructural”.
La cifra de teletrabajadores en España se ha triplicado en un solo año, según un estudio de Randstad.
Ya son 3 millones de personas
El teletrabajo parece haber llegado para quedarse. Hay trabajos asociados que podrían salir perjudicados. El Papa Francisco, por ejemplo, alerta de un nuevo grupo de descartados en el ámbito laboral por la robotización o la digitalización del trabajo. ¿Cómo afrontan los empresarios los retos del teletrabajo y de la economía digital?
No dudo que el teletrabajo ha venido para quedarse. Como ya he afirmado, esta crisis ha traído consigo cambios de envergadura en muchas ramas, entre ellas, en el mercado laboral. Además, ha acelerado procesos que ya se estaban desarrollando. Por ejemplo, la robotización y la digitalización en el trabajo, procesos que traen consigo mejoras para el tejido empresarial. No podemos negar que estos avances vienen para mejorar la competitividad y la productividad empresarial.
No obstante, no podemos dejar a nadie atrás. Igual que desaparecerán muchos de los trabajos actuales, aparecerán otros nuevos que requerirán capacidades que actualmente no conocemos. Creo que debemos trabajar por reconducir nuestro mercado laboral y acabar con ese lastre que tenemos que es el paro estructural. A mí me gusta decir que en España no sobran tres millones de personas, sino que faltan 500.000 empresas. Sigamos trabajando por el tejido empresarial español que es el que generará los puestos de trabajo.
Ingreso mínimo vital, subida de impuestos a las empresas, una reforma educativa que rebaja la exigencia para pasar de curso, un elogio de lo público frente a lo privado… ¿Este tipo de medidas puede desincentivar a los trabajadores y empresarios del futuro?
En CEOE tenemos una máxima que es el diálogo. En España, tenemos más de 4.500 mesas abiertas para negociar, nosotros siempre nos sentamos. Para mí, el diálogo social es la mayor infraestructura del país. En esta línea, creemos que los empresarios nos hemos mostrado abiertos para hablar tanto con el Gobierno como los sindicatos de todos estos temas.
Eso sí, creemos que no en todos se nos ha escuchado y que algunas de estas medidas pueden tener efectos adversos. Por eso, pedimos diálogo social.
Los Presupuestos Generales del Estado se basan en unas previsiones económicas muy optimistas. Esperamos que no se traduzcan en nuevas iniciativas de subidas de impuestos en el futuro.
Algunas de las leyes que se están aprobando en materia económica, como el plan de derogar la reforma laboral, el ciudadano las percibe más como cesiones y deudas ideológicas que como una voluntad real de solucionar sus problemas. ¿Cómo afrontan los empresarios esta situación de polarización e ideologización de la política económica? ¿Cómo han recibido los acuerdos para aprobar los PGE?
Creemos que los Presupuestos se basan en unas previsiones macroeconómicas muy optimistas en comparación con las proyecciones de organismos internacionales, lo que puede poner en cuestión las cifras de ingresos que se recogen en el Proyecto de Ley. En este sentido, esperamos que esto no se traduzca en nuevas iniciativas de subidas de impuestos en el futuro, y que en la medida de lo posible se trate de no elevar el gasto estructural.
El Papa Francisco, en su nueva encíclica Frattelli Tutti, dice que el modelo de empresa no puede estar basado solo en el beneficio y el corto plazo, sino orientando al desarrollo de las demás personas y a la superación de la miseria. ¿Cómo reciben este documento? ¿Escucha la CEOE la voz del Papa?
Como tuve la oportunidad de tratar con los obispos en la Conferencia episcopal, la CEOE y los empresarios españoles compartimos la voz del Papa. Lo diré en dos frases del Papa Francisco: “La actividad de los empresarios es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos”. Y lo segundo que dice es: “Ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisional para resolver urgencias, el gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo”.
Los empresarios nos sentimos alineados y comprometidos con lo que dice el Santo Padre que es seguir creando riqueza para crear empleo para todos, la mejor manera de contribuir a una sociedad más justa y más solidaria para todos.
Sandra Várez
Directora de Comunicación de la Fundación Pablo VI