Este viernes, día 8 de marzo, el grupo de jóvenes participantes en el I Programa de Formación en Liderazgo Iberoamericano han tenido el privilegio de conocer de primera mano la historia, el funcionamiento y los secretos de la institución que atesora y cuida nuestra lengua: La Real Academia Española.
Ha sido Aurora Egido, silla B en la Academia y primera mujer en ocupar la secretaría de la RAE, la encargada de explicarles su historia, el funcionamiento y los nuevos proyectos de esta institución, creada en Madrid en 1713, por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. Con el lema Limpia, fija y da esplendor, la Academia compuesta inicialmente por 24 miembros, “vela por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”. Este compromiso se ha plasmado en la denominada política lingüística panhispánica, compartida con las otras veintidós corporaciones que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), creada en México en 1951.
Hablada por 570 millones de personas en el mundo, “el español es una lengua en diálogo con las demás y gracias a eso se ha enriquecido”, ha asegurado Aurora Egido. Hoy esta Academia mira al futuro sin olvidar su historia académica que es “dar luz a las palabras”.
Política al servicio del Bien Común
Antes de la visita a la RAE, se ha celebrado en la sede de la Fundación Pablo VI una sesión de trabajo sobre la necesidad de dotar a la política de un sentido ético. En ella se ha reflexionado entre otras cuestiones sobre cómo poner en práctica estas palabras del Papa Francisco: “La política no es el mero arte de administrar el poder, los recursos o las crisis. La política no es mera búsqueda de eficacia, estrategia y acción organizada. La política es una vocación de servicio, es una diaconía laical que promueve la amistad social para la generación de bien común”.