Los trabajadores de la Fundación Pablo VI tuvieron la oportunidad de conocer a fondo la labor que desarrolla la Comunidad de San Egidio con los más necesitados. Tiscar Espigares, responsable de la Comunidad en Madrid, explicó el trabajo de esta organización católica centrada en tres pilares: la oración, los pobres y la paz, y fundada por Andrea Riccardi en 1968.
Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI hace entrega de un donativo a Tiscar Espigares, responsable de la Comunidad de San Egidio en Madrid
Tiscar Espigares habló con emoción y cariño de la labor que se realiza en las calles, saliendo al encuentro de aquellos que no tienen hogar y proporcionándoles alimento, pero también, afecto. “Curamos las heridas de las personas que están en la calle. Queremos ser hermanos y hermanas de los más necesitados”, explicó. “A veces ocurren verdaderos milagros”, aseguró al recordar la historia de un hombre al que visitaban con regularidad y poco a poco fue rehaciendo su vida hasta lograr salir de su situación de calle. “Ahora es él el que reparte comida y habla con otros que están en la misma situación que él vivió”.
Tiscar Espigares, responsable de la Comunidad de San Egidio en Madrid
La Comunidad de San Egidio ofrece un servicio amplio en Madrid a las personas sin hogar, a familias vulnerables, a extranjeros y otros colectivos en riesgo de exclusión social. Cuenta con numerosos proyectos entre los que se encuentra la escuela de la Paz. “Está situada en el barrio de Malasaña y allí los niños no sólo aprenden lo del cole, también a ser mujeres y hombres de paz”. O el denominado No a la pena de muerte en el que se envían cartas a presos. “Las misivas son una forma de traspasar los barrotes de las celdas y paliar su soledad”. Tiscar Espigares reflexionó sobre todas las formas posibles de ayudar al otro y cómo se encuentran distintos caminos para aliviar al más necesitado. “La creatividad del amor es infinita”.
En estas fechas navideñas, Tiscar habló de los preparativos para su ya tradicional cena de Navidad. En Madrid, la Comunidad de San Egidio reúne a más de 1.000 personas para cenar en familia la noche del 24. “La relación que tenemos con el pobre es la relación con un amigo”, explicaba Tiscar. “Y como cualquier familia, nos reunimos ese día alrededor de la mesa”. Al finalizar la velada, todos los invitados reciben un regalo nuevo personalizado. “Muchos no se creen que lleven su nombre y lo consideran obra de Dios”.
Las puertas de la Comunidad están abiertas para acoger tanto al necesitado como al que quiere ayudar porque “siempre se puede ayudar al otro”.
La Fundación Pablo VI hizo entrega a Tiscar Espigares un donativo para la celebración de esta cena navideña.