El jueves, 10 de enero, se ha presentado en la Fundación Pablo VI el libro “Julio César, el arte de la política”, un análisis de los vicios y virtudes del político moderno. En el coloquio han participado Soraya Sáenz de Santamaría, Francisco Uría y Jesús Avezuela
Era un 10 de enero del año 49 a.C., aunque algunos historiadores lo sitúan un día después, cuando Julio César cruzaba el Rubicón, frontera natural entre la Galia e Italia, e iniciaba la guerra civil que le enfrentaría a Pompeyo y le daría el poder de Roma. Esta decisión, aunque arriesgada y dura por la ingente cantidad de vidas humanas que dejó y las consecuencias fatales que supuso para la República, adelantando el principio de su fin, le hizo pasar a la historia. Pero no solo por su ambición y su falta de escrúpulo, sino también por su osadía, su genio y por una concepción de la política y del poder que tiene mucho que ver con algunas de las formas de pensarlo y ejercerlo hoy.
“Julio César. El arte de la política”, de Francisco Uría, hace un magistral paralelismo entre esta figura de la Antigua Roma y el poder hoy, no solo en el ámbito de la política sino en otros entornos económicos, sociales o empresariales. Su presentación en la Fundación Pablo VI el jueves, 10 de enero, justo el día en el que se celebraba el aniversario de ese histórico y decisivo paso del Rubicón, fue un diálogo entre el propio autor y Soraya Sáenz de Santamaría, moderado por Jesús Avezuela, en el que se habló sobre quien, se dice, representa algunos de los vicios y virtudes del político moderno, por su preocupación por la imagen, su búsqueda implacable del poder y su vanidad. Pero también por su inteligencia, sus dotes para la estrategia, su habilidad para la oratoria y la comunicación y por su capacidad de movilizar a las masas.
Unos atributos de los que bebe la política a lo largo de la historia, que, en palabras de Soraya Sáenz de Santamaría, siempre ha tenido mucho de márketing, de populismo y de fake news, sobre todo cuando va acompañada de vanidad, soberbia y cortoplacismo. Eso es, quizá, lo que llevó a Julio César a tomar la decisión de cruzar el Rubicón con todo lo que ello suponía, alterando el orden institucional y dejando el camino abierto para que los que vinieran detrás destrozaran la República.
Y esa actitud, añadió Francisco Uría, es lo que lleva, también hoy, a cruzar los “rubicones” que se presentan todos los días, en el ámbito empresarial, profesional y familiar.
Julio César pagó el precio de violentar las instituciones, y aunque, como explicó Soraya Sáenz de Santamaría, no se pueden juzgar modos de hace siglos con la mirada de hoy, las consecuencias que pagó son muy similares a las que se han generado a lo largo de historia cuando se debilita poco a poco a las instituciones. “Cuando hay debilidad institucional surgen este tipo de personajes, que desarrollan una estrategia del poder por el poder”, explicó.
El populismo, la construcción del relato o los tiempos de la política fueron algunos de los otros muchos temas que se abordaron en el coloquio, en el que se habló también de la soledad que acompaña al poder y al político especialmente cuando lo alcanza sin apoyos firmes constantes, con soberbia y con una dinámica cortoplacista. En este punto, Francisco Uría habló de la importancia de la escucha y de saber rodearse de personas que, con libertad y sin miedo, sean capaces de decir la verdad o advertir cuando aquel que detenta el poder se está equivocando. “Lo que define a los líderes es la capacidad de tener cerca a personas que le digan la verdad”, concluyó.
Sobre el autor
FRANCISCO URÍA, nacido en Alicante (1965), es licenciado y doctor en Derecho, abogado del Estado en excedencia y desempeña un puesto de responsabilidad global en una firma internacional de servicios profesionales. Anteriormente ocupó distintos cargos en la Administración del Estado y en la Asociación Española de Banca. Al margen de sus publicaciones en el ámbito de la regulación financiera, su doble pasión por la historia y la literatura le han llevado a escribir distintas obras en esos campos y en formato diverso (relatos cortos, obra teatral y novela), entre las que destacan "La pequeña librería de Stefan Zweig", editada por Berenice, que recabó una calurosa acogida, y "A orillas del Rubicón", coescrita con José Luis Hernández Garvi.