El curso de liderazgo organizado por la Fundación Pablo VI junto a la Fundación Conexus continuó su tercera jornada con las clases magistrales de la periodista y especialista en coaching e inteligencia emocional, Susana Fuster y el exsecretario general de la UGT, Cándido Méndez.
Susana Fuster impartió una clase sobre comunicación no verbal, carisma y liderazgo y Cándido Méndez abordó la cuestión de cómo construir una nueva conciencia social.
Susana Fuster, periodista y coaching: comunicación no verbal, carisma y liderazgo
¿Un líder nace o se hace? Aunque no hubo consenso entre los alumnos, Susana explicó que las cualidades de un líder se pueden trabajar y mejorar con el tiempo. Una de los puntos más importantes del líder es el de la comunicación no verbal; siempre tiene que ser coherente entre lo que dice y lo que su cuerpo expresa.
Susana Fuster explicó que los pilares del liderazgo no verbal son tres: el autoconocimiento, la pasión por las personas y el carisma, entendido éste como el conjunto de comportamientos específicos que mejoran el atractivo de una persona de manera inspiradora.
La periodista explicó las diez claves de la comunicación no verbal que un líder debe tener en cuenta. Para ilustrarlas, puso ejemplos de las personalidades más influyentes del mundo e hizo reflexionar a los jóvenes a través de dinámicas y distintas pruebas. Algunos de los retos que les lanzó fue que intentaran reconocer el ánimo de una persona a través de los gestos de su rostro o calcularan cuanto tiempo tardamos en hacernos una impresión de una persona que acabamos de conocer. Algunas de las pruebas lograron sorprender a los jóvenes, que se mostraron participativos e interesados en mejorar y aprender sobre esta parte del liderazgo.
Cándido Méndez, exsecretario general de UGT: Por una nueva conciencia social
En la sesión de la tarde, el que fuera secretario general de UGT, Cándido Méndez, abordó algunas de las principales ideas que recoge en su libro “Por una nueva conciencia social”, en el que repasa no solo una vida dedicada a la defensa del empleo digno, sino la historia de la lucha en estos últimos años por la dignidad del trabajo, en todas sus circunstancias.
Tras recordar algunos de los episodios de lucha obrera en los años del Régimen, cuando el movimiento sindical se desarrollaba en medio de una gran represión, habló de los grandes logros de la transición democrática, realizada gracias a una conexión entre los jóvenes y los mayores. Una de las claves, les dijo, para que muchas de las batallas históricas salgan adelante.
Tras la llegada de la Constitución, “una de las más progresistas de Europa”, el movimiento sindical empezó una etapa defensiva en la que, a base de múltiples huelgas, se consiguió hacer el mayor número de reformas laborales de Europa. Sin embargo, reconoció también los múltiples errores que se han podido cometer y la falta de capacidad de acabar con la precarización y con las tasas de pobreza. Para el ex secretario general de UGT, ahora el principal problema que se da en el ámbito del trabajo es el lugar central que ha empezado a ocupar la tecnología, olvidando que lo que hay que poner en el centro es la dignidad del trabajo. “Reivindico el papel de los valores tradicionales del trabajo con derechos, porque nos estamos llevando por una lógica en la que el centro es la tecnología y creo que el centro es el trabajo digno”.
Por otra parte, denunció cómo se está imponiendo el paradigma del crecimiento que lleva a un futuro poco esperanzador. En contraposición, defiende el triángulo virtuoso de digitalización, descarbonización y trabajo con derechos, para lo que es fundamental, también en este momento y a pesar del rechazo de muchos jóvenes, el trabajo de los sindicatos.
Otra de sus principales preocupaciones, y así se lo transmitió a los participantes en el programa, es la polarización, que impide llegar a grandes acuerdos en materias fundamentales. Por eso, reivindicó el papel de una sociedad civil fuerte, que ayude a afrontar los grandes retos del futuro, como es el de la dignidad y la justicia en el trabajo.