Un cartel azul con las letras en blanco situado en un pequeño muro da la bienvenida a la Fundación A La Par en el barrio de Montecarmelo de Madrid. Cuando lo traspasas no eres consciente de las dimensiones del lugar, no es un edificio o en un pequeño complejo, entras en una pequeña ciudad en la que hay desde cafetería hasta piscina pasando por un colegio y varios centros de trabajo.
El objetivo de la Fundación A La Par es trabajar por los derechos y oportunidades de las personas con discapacidad intelectual, diseñando apoyos en donde encuentran barreras. “Nos suelen decir que a la gente se le ve feliz”, nos dice Raúl González, coordinador de equipos psicosociales de la Fundación A La Par. Él es el encargado de dar la bienvenida a los jóvenes del programa de Liderazgo Humanista de la Fundación Pablo VI y la Fundación Conexus que visitan A La Par como un ejemplo de organización humanista, que pone a las personas en el centro. Raúl les explica el origen de la fundación y los distintos ámbitos en los que se desarrollan sus proyectos, antes de enseñarles los talleres y los centros de trabajo. La formación, el empleo, el apoyo psicosocial y el ocio y vida independiente son las cuatro áreas en las que A La Par interviene. “La plenitud y la felicidad de las personas con las que trabajamos es uno de nuestros objetivos”, explica Raúl.
La visita continúa conociendo los talleres y los trabajos que se desarrollan en la Fundación A La Par. Desde el autolavado de coches, pasando por la distribución de correo hasta la impresión en servilletas o la decoración de tallas de madera. Hay muchos ámbitos en los que se da trabajo y ocupación a cientos de personas. Varios trabajadores nos explican lo que están haciendo y nos enseñan sus logros.
“Esta visita me está pareciendo un viaje a la hora de conocer cómo se gestiona una fundación en la que se integra a personas con discapacidad intelectual. Además, me parece que tienen una gran visión de futuro. Me ha sorprendido cómo han generado esa miniciudad entorno al concepto de inclusión”, explicaba Borja Granage, uno de los jóvenes participantes del programa de liderazgo humanista. “La verdad es que la visita ha sido sorprendente y muy gratificante. Nunca había visto una fundación así, tienen una autosuficiencia increíble y las personas que trabajan aquí tienen una gran calidad humana”, añadía María Real.
Proyecto UAVDI: Unidad de Atención a Víctimas con Discapacidad Intelectual
Los jóvenes también tuvieron la oportunidad de conocer uno de los proyectos más duros, aunque muy gratificante, que lleva a cabo la Fundación A La Par. El proyecto UAVDI, de atención a víctimas con discapacidad intelectual que han sufrido abuso o maltrato. Laura Rodríguez, psicóloga de la fundación, les explicó las complicaciones que tienen las personas con discapacidad intelectual en un juicio, muchas veces sus declaraciones no quedan claras y las causas se archivan. Por eso, este servicio ofrece una intermediación en la que profesionales de la discapacidad intelectual acompañan a las víctimas, salvando sus dificultades de comunicación y expresión, para que puedan relatar una declaración consistente.