¿Por qué hay crisis humanitarias olvidadas? ¿Cómo nos comprometemos ante aquellas situaciones que escapan del foco mediático? ¿Cuál es el papel de las empresas o sociedad civil con ellas? ¿Hay una crisis de solidaridad? Estas fueron algunas de las preguntas planteadas en el I Encuentro de empresas colaboradoras con Cáritas España que ha organizado la entidad para mostrar, además, su trabajo ante las crisis que se escapan del foco mediático.
Un encuentro, celebrado en la sede de Banca March, con la presencia de más de una treintena de compañías y en el que se ha contado con la participación del periodista Mikel Ayestarán; el director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, y la directora general de la Fundación Seres, Ana Sainz.
Desde Tel Aviv, Mikel Ayestarán, uno de los mayores conocedores de los principales conflictos internacionales en los que Cáritas tiene presencia, reflexionó sobre cómo, en un momento dominado por el impacto, hay crisis que acaban desapareciendo del foco sencillamente porque “desaparecen de los titulares". Desde su experiencia de varias décadas como corresponsal en Oriente Medio muestra cómo “las cifras deshumanizan los conflictos”. Por eso, opta por contar buscar las historias más humanas que ayudan a comprender mejor lo que está pasando. Y, para eso, se sirve mucho de las redes sociales a través de las cuales ha podido explicar, por ejemplo, el día a día sin alimento en Gaza.
Por su parte, el director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, ha hablado de la responsabilidad de la sociedad civil y de la forma en la que hoy asumimos el compromiso con la solidaridad. “Hay una vivencia más experiencial de la solidaridad” que está también, por otra parte, condicionada por la ideologización. Por eso cree que “si desde la sociedad civil se consigue tener una conciencia más sincera y menos ideologizada sobre la realidad de tantas personas que sufren habremos dado un gran paso”.
En esta mesa de diálogo ha participado también Ana Sainz, directora general de la Fundación SERES, (Sociedad y Empresa Responsable). Para Ana es fundamental la colaboración entre el sector empresarial y las organizaciones humanitarias que conocen bien el terreno y hacerlo con un modelo de retorno que incorpore una mirada a largo plazo. “Poner a las personas en el centro aporta valor a la empresa”, insistió.
En la segunda parte de la jornada, Ana Cristina García y Pablo Reyero, coordinadores del equipo de Cooperación Internacional de Cáritas Española, han presentado la labor de la organización en el acompañamiento a las crisis olvidadas a las que destina el 40% de los fondos dedicados a la cooperación internacional (10,7 millones de euros). Se trata de crisis complejas, que se superponen y en las que no es sencillo trabajar porque generan gran vulnerabilidad y mucha pobreza y requieren de respuestas muy flexibles y sectorialmente amplias.
Conflictos armados, desplazamientos forzados, desprotección, amenazas climáticas y hambre son escenarios comunes en estas realidades que se dan en países como Burkina Faso, Mali, Bangladesh, Haití, Colombia, Venezuela, Filipinas, Myanmar, Sur Sudán o la República Democrática del Congo. Cáritas Española acompaña cada año a más de 180.000 personas que sufren un grave abandono humanitario. A través de 50 proyectos, Cáritas Española ofrece apoyo en la prevención de la malnutrición infantil, la asistencia alimentaria, la mejora del acceso al agua y al saneamiento, el acompañamiento a asentamientos temporales o permanentes y la reconstrucción del tejido socioeconómico de las comunidades.