FlickrSpotify Linkedin Instagram Youtube X Facebook  

Raimundo Robredo: “No es posible un Plan Marshall para África”

FORO DE ENCUENTROS INTERDISCIPLINARES
“EUROPA, ÁFRICA E INMIGRACIÓN”

Dejar de hablar de inmigración desde los tópicos, comunicar mejor este fenómeno y dejar de vincularla con la xenofobia. Éstas fueron algunas de las líneas de análisis del Foro “Europa, África e Inmigración” que se celebró el jueves, 22 de noviembre, en la Fundación Pablo VI con la participación del Director General para África, Raimundo Robredo; la Directora de la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas, Anna Terrón; y el Director General de la Red Española de inmigración y Ayuda al Refugiado, Rafael Escudero.

Un debate, moderado por el Letrado del Tribunal Supremo Raúl Cancio, en el que se trató de analizar cómo España y Europa están haciendo frente a los fenómenos migratorios y si la acogida y atención cumple con lo que exige la carta de Derechos Humanos.

La primera línea de este análisis la daba el testimonio de Sani Ladan, joven camerunés estudiante de Relaciones Internacionales y vicepresidente de la Asociación Elín, fundada en 1999 para el reconocimiento de los derechos humanos, la búsqueda de la justicia y la protección de las personas migrantes. “Los derechos humanos son una falacia” dijo en el Parlamento Europeo el pasado mes de octubre. En su intervención, recogida en vídeo y cedida para este foro, relata su experiencia de migración a Europa desde Camerún de donde salió, “no por hambre ni pobreza, sino porque quería estudiar” y que le llevó a una travesía de dos años por África llena de barreras, violencia y sufrimiento. En el vídeo lanza múltiples preguntas: “¿Por qué nadie habla de los que mueren en el Sáhara? ¿Por qué solo hay noticias negativas de la inmigración? ¿Cómo es posible que la gente siga muriendo en el Mediterráneo a pesar de los controles? Quizá, dice, “no se evitan las muertes para conseguir que no vengan más”; pero habrá emigración “mientras Europa siga expoliando África”.

El Director General para África, Raimundo Robredo, negó categóricamente estas afirmaciones. “Europa y España no expolian África” y “todos queremos flujos migratorios ordenados y seguros, tanto nosotros como ellos”, aclaró. Sí coincidió con Sani Ladan en que es un tópico la tesis de que emigran solo los que son muy pobres. Lo hacen quienes “pueden pagar a las mafias” que piden grandes cantidades de dinero.

En la misma línea, Anna Terrón, ex secretaria de Estado de Inmigración aseguró que nadie quiere que se produzcan muertes en el Mediterráneo. “Cada víctima es un fracaso y todos aquellos que tienen algo que ver con esto, la Guardia Civil, las policías costeras o las autoridades no duermen cada vez que una de éstas se produce”. En cuanto a las causas de la movilidad, explicó, “tienen que ver con la huida de situaciones de conflicto y pobreza, pero también con muchas más razones, como la tradición migratoria en las familias y los contextos de proximidad cultural”. Además, cuando se habla de migración en masa, hay que tener en cuenta que “sólo un 3 por ciento de la población emigra y no todos vienen a Europa”, aclaró.


“No basta decir que Europa no me deja. Las soluciones deben ser nacionales”

Partiendo de la base de que “la inmigración no es un problema sino una oportunidad”, el director de la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado, Rafael Escudero, coincidió con Sani Ladan al afirmar “que no somos capaces de usar el código adecuado para hablar de ella”. Los medios de comunicación principalmente “utilizan un discurso con el que no se sienten identificados y eso provoca una desafección”. Desde la sociedad civil “estamos hartos de llamar a los medios para decirles que no se están contando bien las cosas”.

En cuanto al papel de la administración, Rafael Escudero cree que es insuficiente por el choque político y la falta de diálogos, lo que “nos lleva a las ONGs a tener que poner parches”. Y esta ausencia de acuerdo no ayuda a evitar que haya muertes en el Mediterráneo. “Nadie quiere que éstas se produzcan pero las hay por la inacción de los Estados” y “no basta con decir que yo quisiera hacer más pero Europa es muy mala y no me deja”, porque nadie, por el momento, ha externalizado sus fronteras. “La legislación es nuestra, la capacidad es nuestra y las soluciones deben ser, también, nacionales”. Por eso, zanjó, no podemos “abandonar nuestras obligaciones”.

Como diplomático y responsable de las relaciones con África, Raimundo Robredo, cree que hay separar las políticas europeas para el desarrollo de África y lo que ocurre “de la valla para acá”, es decir, una vez que llegan a España. “La única forma de evitar las muertes es que África se desarrolle y eso no lo puede hacer España sola como Estado, sino que hay que hacerlo coordinadamente con Europa, con EEUU y, sobre todo, con los propios africanos”.  En este sentido cree también que hay problemas de comunicación, cuando se habla, por ejemplo, de un “plan Marshall para África”. No puede plantearse como EEUU hizo con Europa porque la realidad europea y africana es muy diferente y “lo único que puede hacer es inducir a la confusión en los europeos y en los africanos”, aseguró Raimundo Robredo, quien criticó, además, el exceso de paternalismo con el que se trata a África, sobre todo en los procesos electorales. “En África se recibe esta información como si Europa le diera lecciones”, aunque también, “especialmente cuando se trata de gobiernos dudosamente democráticos, se tiende a crear un enemigo exterior europeo, lo estemos haciendo bien o lo estemos haciendo mal”. Un discurso injusto teniendo en cuenta que lo que “estamos intentando es crear las condiciones para que migrar sea un proyecto menos preferible a quedarse”. En cualquier caso, apuntó, puesto que la migración es inevitable, hay que procurar dar las condiciones para que ésta se produzca de la mejor manera posible y aprovechar el mejor recurso que tiene África, “que es su mano de obra”.


No a las visiones utilitarias de la migración

Un punto de vista con el que la directora de la FIIAPP no está muy de acuerdo. Si pensamos en ella como una necesidad para mejorar la natalidad o para para tener más mano de obra menos cualificada “estamos perpetuando el problema”, aseguró Anna Terrón, quien se mostró contraria a “las visiones utilitarias de la inmigración” y a favor de crear políticas públicas de igualdad, porque “no podemos crear un mercado de trabajo para inmigrantes y otro para nacionales”.


Sólo 395 autorizaciones de residencia

Volviendo al terreno nacional, el director de la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado, Rafael Escudero, siguió cuestionando la forma en la que se está realizando la acogida y denunció que “a fecha de 30 de septiembre de 2018 sólo se han concedido 395 autorizaciones de residencia a colectivos migrantes especialmente en menores no acompañados, cuando han llegado 50 mil personas a la frontera sur. Eso es una muestra “de que la maquinaria no está funcionando”.


Disponibles vídeo y fotografías





Buscar