Liderazgo no solo para dirigir una empresa, organización, o una opción política; para gestionar grandes corporaciones, equipos o altas instituciones públicas, sino también al servicio de las personas en situaciones difíciles o de sufrimiento. Ese liderazgo, entendido desde la caridad y la entrega, es el que trabaja Cáritas, y el que han podido conocer de primera mano este jueves los participantes en el Programa de Liderazgo Iberoamericano, en uno de los lugares más deprimidos de Madrid, la Cañada Real. Un lugar, que se extiende a lo largo de 16 kilómetros de terreno, en su mayoría no urbanizables, donde viven unas 9.000 personas, 4.000 de ellos niños, en situaciones, en su mayoría, de exclusión, marginalidad y sin acceso a servicios básicos. Una zona, además, donde se encuentra el mayor mercado de venta de droga de toda Europa, lo que contribuye a aumentar su estigmatización.
En una de las zonas más deprimidas de la Cañada Real, el sector 6, Cáritas Madrid realiza un importante trabajo con menores, mujeres y familias, que va desde el apoyo asistencial hasta la formación y el ocio, animándoles a buscar otras oportunidades y a creer en un futuro con una realidad diferente a la que ahora viven.
Centro de atención familiar Cañada Real Galiana
Una antigua fábrica de muebles se ha convertido en lugar de referencia para el apoyo al estudio, la formación profesional e incluso la formación en hábitos de alimentación y vida saludable al que acuden a diario niños, jóvenes y adultos, animados por un equipo de trabajadores y voluntarios de Caritas. Un proyecto, que unido al trabajo pastoral del sacerdote Agustín Rodríguez en la parroquia de Santo Domingo de la Calzada, abre un camino para la esperanza en un lugar para el que, hasta ahora, ni siquiera las administraciones han sabido encontrar soluciones. “En los primeros años de nuestra presencia aquí, hacia el 2007, explica el párroco de Santo Domingo de la Calzada, las organizaciones sociales vivíamos en una continua confrontación con la administración”, por los derribos que realizaban sin alternativa habitacional para las familias.
Con el paso de los años, fuimos aprendiendo que “la confrontación con la autoridad legítima no nos llevaba a ningún sitio, y empezamos un trabajo conjunto con los técnicos de intervención social, la administración y la policía, conscientes de que el derribo no podía ser la primera y única solución”. Caritas, añade, ha tenido que “liderar ese tránsito desde la confrontación hasta un proceso comunitario y participativo”, creando, además, un grupo de mediación.
En esta organización las herramientas de liderazgo son esenciales para gestionar determinadas situaciones, como el estrés o la ansiedad que genera el sufrimiento. “Muchas veces las asociaciones vecinas que trabajan también en la Cañada Real, cuenta Agustín Rodríguez, nos preguntan por la terapia que usamos para superar el estrés postraumático. Nosotros a esta terapia la llamamos Misa”. “Cada domingo, la luz del Cirio Pascual nos ayuda a mirar en clave de Resurrección. La realidad es la que es, pero es importante la luz que elijas para verla e iluminarla”.
Ver, juzgar y actuar
En España esta organización confederal está constituida por 6.000 Cáritas parroquiales agrupadas en 68 Cáritas diocesanas. En el ámbito internacional, está presente en 86 países del mundo, con un compromiso construido desde la metodología ver, juzgar y actuar, puesta en valor por el Papa Juan XXIII en la Encíclica Mater et Magistra. Se trata de partir de la observación de la realidad que sucede a nuestro alrededor; continuar con el discernimiento para comprenderla; y pasar a la acción para cambiarla.