La crisis del COVID-19 exige una revisión de la forma de plantear la política y de aplicarla. La búsqueda de este “Nuevo espacio público” ha sido el tema del segundo de los Foros de Encuentros Interdisciplinares organizados por la Fundación Pablo VI sobre El Mundo post COVID-19, con un diálogo entre Julio Martínez, sj., Rector de la Universidad Pontificia Comillas, y Juan José Laborda, expresidente del Senado y director de la Cátedra de Monarquía Parlamentaria de la Universidad Rey Juan Carlos.
En los momentos de emergencia de la historia “debería buscarse el pacto social, el consenso y el diálogo con el otro, aunque estén en las antípodas ideológicas”, ha introducido Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI. Sin embargo, ha continuado Julio Martínez, el momento actual “está poniendo en evidencia no sólo las cosas que ya estaban funcionando mal, sino que las está agravando”. Los populismos de uno u otro signo “están corrompiendo nuestras democracias” y nos adentramos en un espacio, motivado por la pandemia, en el que “los derechos y libertades no son los que más van a lucir”. “Este va a ser uno de los grandes temas”, en opinión del Rector de la Universidad Pontificia Comillas, “ser conscientes de que los derechos y libertades no se pueden poner en tela de juicio ni hacer experimentos con ellos”. Porque, “mientras que en China esos experimentos son cosas normales, aquí no podemos ir a una sociedad de la vigilancia o del control” ni dejarnos obnubilar por lo que han hecho otros países.
En este sentido, Julio Martínez ha puesto algunos ejemplos, como la censura a las preguntas de los periodistas o la falta de transparencia con la que se está gestionando esta crisis. “No quiero caer en sospechas paranoicas, pero tampoco en el ‘buenismo’ de que eso no nos puede pasar a nosotros”, ha dicho.
En la misma línea se ha manifestado el expresidente del Senado Juan José Laborda, que considera el estado de alarma “como una tentación para quienes imponer el poder al margen de las normas”. Nos encontramos inmersos en “una lucha por ver quién gana la carrera por la eficacia entre un modelo de la democracia liberal y la de patrón ‘chino’ que relega las libertades individuales”. Muestra de ello es la falta de liderazgos, el control de los medios y la desaparición del multilateralismo. “Si China ocupa el lugar de EEUU yo me exilio a Venus”, ha afirmado tajante.
Repensar la globalización
¿Está en cuestión la globalización?, les ha preguntado la moderadora del diálogo, la periodista María Solano, decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo. Efectivamente, ha respondido Julio Martínez, “la ‘desglobalización’ es un tema que se está poniendo sobre la mesa”. Y aunque “es bueno que invoquemos el estado nacional y lo reforcemos”, no hay que olvidar que “las grandes cuestiones que afectan al mundo, (como el cambio climático, la pobreza o esta pandemia), superan las fronteras nacionales”. Es una “mala noticia que pensemos que lo vamos a solucionar todo con alianzas regionales o nacionales, porque el bien común es global”. Por eso, pide en sintonía con la Doctrina Social de la Iglesia, “una globalización que nos haga más humanos y más cercanos”.
La amenaza del populismo
“Una visión compartida por la Iglesia y la socialdemocracia”, apunta Laborda, quien alerta de los riesgos que suponen para el crecimiento del populismo “las respuestas antiguas del Estado-nación”. “Al populismo solo se le para con una visión internacionalista o cosmopolita”, ha continuado el expresidente del Senado. Pero, lamentablemente, los populismos de hoy están funcionando “como los nacionalismos de los años 30 con la diferencia de que ya no pueden preparar la guerra”.
En efecto, coincide Julio Martínez, aunque los populismos están descolocados, “pueden sacar buen partido de esta situación”. Sobre todo, aquellos “que tocan poder y que están en una situación óptima para sacar adelante su política”. “El Estado no puede absorber las libertades”, ha apuntado el Rector de Comillas. “Sólo la política que no cava trincheras, la que afronta los asuntos desde el diálogo y el acuerdo” y en la que esté representada toda la sociedad, es la que puede estar al frente de situaciones como ésta. “Necesitamos una política del bien común”.
Como ejemplo, Julio Martínez ha citado al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, “una persona que baja al terreno, que se acerca a la gente, y que está bien articulado intelectualmente”. Laborda, por su parte, ha reclamado el modelo del alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa. Líderes “que están cerca del pueblo y que lo acompañan, sin caer en intereses espúreos” y sin estar obligados a estar permanentemente en la batalla.
Para el histórico diputado del PSOE, la política actual está “muy polarizada” y muy contaminada por un sistema de primarias. “Se elige a gente muy joven, sin trayectoria y sin pasado y con poca capacidad de acuerdo y consenso”, ha lamentado. “Hay un exceso de ideología que deforma la realidad”, ha apuntado Julio Martínez. Por eso, ha concluido, “para llegar a acuerdos es necesario recuperar la verdad en política”.