El año Laudato Si’ inaugurado este domingo por el Papa Francisco ofrece la oportunidad de seguir trabajando y reflexionando juntos en la ecología integral. 5 años después de la publicación de la Encíclica Laudato Si’ queda aún mucho camino por recorrer para transmitir su mensaje a nuestras parroquias, movimientos eclesiales y comunidades y para conseguir transformar, desde la fe, la destrucción que nos rodea en una nueva forma de vivir.
Sobre este asunto, se reflexionó en la sesión de la clausura de la Semana Laudato Si´, con la participación de panelistas del Movimiento Católico Mundial por el Clima (Gabriel López); de Enlázate por la Justicia (Marco Gordillo); de la Comisión de Pastoral Social de la CEE (Fernando Fuentes), de la Juventud Estudiantil Católica (Eduardo Martín); de la Archidiócesis de Madrid (José Luis Segovia) y de la Fundación Pablo VI (Sandra Várez). Un acto, organizado y coordinado por la Comisión diocesana de Ecología Integral, que durante estos días ha promovido la iniciativa “Comparte tu ventana”, un espacio virtual de encuentro sobre temáticas y experiencias que han ido surgiendo a raíz de la encíclica Laudato Si’.
Durante la sesión, a la que se unieron más de medio centenar de participantes, entre ellos el Cardenal Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, se habló de cómo ahondar, desde la fe, en el llamamiento a trabajar en la ecología integral, que en este tiempo de pandemia cobra más significado que nunca.
“Todo está conectado”, dice el Papa Francisco, y el virus ha sido una muestra, tanto de lo vulnerables que somos ante la naturaleza, como de lo que influyen nuestras acciones en su deterioro. La pandemia, ha dicho el Cardenal Carlos Osoro, es una “crisis de ecología humana”. Por eso, este año que se abre es una buena ocasión para reflexionar “en el tema del cuidado, sobre todo el de los más débiles y de aquellos que han salido más afectados en esta crisis”, de trabajar en proyectos concretos y de profundizar en los que ya se están haciendo.
Sacar la Encíclica de la oficialidad
Esta situación del COVID-19 supone un “cambio de paradigma”, al menos desde el punto de vista económico, ha dicho Fernando Fuentes, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, que se ha mostrado muy preocupado por el futuro del trabajo, uno de los asuntos que aborda la Encíclica. Desde su publicación, la Laudato Si’ ha sido un “paraguas institucional” para “poner en marcha la ecología como labor dentro de la Iglesia”. De hecho, desde la propia Comisión se han llevado a cabo en los 3 últimos años seminarios con expertos y entidades para profundizar en los aspectos más importantes del documento. Ahora, dijo Fuentes, hay que trabajar para “sacarlo de la oficialidad” y que no acabe quedando con el paso del tiempo “en la biblioteca”, como muchos otros documentos de la Iglesia.
Sandra Várez habló de la gran capacidad del Papa Francisco de comunicar este tema de la ecología integral. Aunque no es el primer Pontífice que ha hablado de ella, sí es el que mejor lo ha contado, ayudando un poco a romper esa división que había dentro de la Iglesia entre la lucha por la vida y la lucha por el medio ambiente. Esta idea de que “no somos dueños de la creación, sino custodios” y la obligación de “preservarla para las generaciones futuras” queda muy claro en el documento, aunque “falta aún mucho trabajo desde las parroquias para darlo a conocer”. La directora de Comunicación de la Fundación Pablo VI destacó el revulsivo que supuso para la Iglesia la semana de la COP25, con ese Foro que tuvo lugar dentro de la propia Fundación Pablo VI junto a numerosas entidades de Iglesia y, sobre todo, con la “marcha por el clima”, una auténtica muestra de “Iglesia en salida”.
Gabriel López, coordinador en España del Movimiento Católico Mundial por el Clima que nació a raíz de la publicación de la Encíclica destacó los grandes pasos que se han dado en estos años, a pesar de que la Iglesia va lenta. Por eso, apeló al trabajo de los laicos para “sensibilizar a los propios pastores” de la necesidad de trabajar este mensaje.
“Cuando la Encíclica salió hubo un momento de desconcierto”, dijo José Luis Segovia, vicario de Pastoral Social e Innovación de la diócesis de Madrid. Mucha gente se preguntó: “¿qué hace el Papa hablando de esto?”. “Poco a poco se ha ido entendiendo el calado de esta Encíclica” que lleva a “repensar el sueño de Dios desde la Teología” y que habla de la propia suerte de los seres humanos, de la justicia, etc.
Inspiración para la Agenda 2030
Desde Enlázate por la Justicia, (que engloba a entidades como Cáritas, Manos Unidas, Justicia y Paz, CONFER y Redes), ya se venía trabajando desde el año 2012 en el mensaje de cuidar la Tierra para proteger a los más pobres. Marco Gordillo, coordinador de campañas de Manos Unidas destacó el carácter inspirador de la Encíclica para la propia Agenda 2030. El mensaje del Papa Francisco en la Asamblea de Naciones Unidas, en septiembre de 2015, fue escuchado y marcó “un buen número de objetivos de desarrollo para la humanidad en esta década”.
Eduardo Martín, presidente de la JEC, destacó la necesidad de ponerse en marcha “sin catastrofismos, pero siendo conscientes de que el tiempo juega en contra nuestra”, especialmente de la generación de los más jóvenes que “será la última en vivir como han vivido las anteriores” si esto continúa en esta línea.
El Papa Francisco ha convocado hasta el 24 de mayo de 2021 el Año especial Laudato Si’, un tiempo de Jubileo para la tierra, para la humanidad y para todas las criaturas de Dios.