La Agenda 2030, aprobada en septiembre de 2015 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), plantea 17 objetivos y propone 169 metas y 230 indicadores para alcanzar el desarrollo sostenible a nivel mundial en el año 2030. Cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) apunta a un desafío global bajo el lema de "no dejar a nadie atrás" y en su conjunto aspiran a erradicar la pobreza a nivel mundial y concluir la labor realizada a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Uno de los retos a enfrentar para cumplir con la Agenda 2030 y promover prosperidad económica, desarrollo social y protección ambiental es la tasa de crecimiento poblacional, estimada en 1,1% anual en 2018 según el Banco Mundial.[1] Este cambio en el patrón demográfico prevé un aumento anual de aproximadamente 83 millones de personas, lo que equivale a 1 billón de personas para el año 2030 de acuerdo a la ONU.[2]
Actualmente, más de la mitad de la población mundial (55% o 4,5 billones de personas) se concentra en las ciudades, que ejercen un rol protagónico en la economía al generar alrededor del 89% del Producto Interno Bruto (PIB) global.[3] Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), hay una relación causal entre la urbanización y el desarrollo sostenible. Las ciudades consumen más del 60% de los recursos energéticos, así como de agua y de alimentos y emiten el mayor porcentaje de emisiones de carbono y de residuos sólidos. Las ciudades emergen además como núcleos sociales de oportunidades en el ámbito laboral, educativo y de salud. Lograr un desarrollo sostenible, por tanto, requiere de una transformación radical en la administración de los recursos disponibles y de los espacios urbanos para garantizar el futuro de las generaciones venideras.
Se estima que el crecimiento de las ciudades avanza a un ritmo acelerado en las regiones de Asia, África y América Latina, lo que ha provocado el nacimiento de las megaciudades, a las que se atribuye más de 10 millones de habitantes. En el año 2018, el número de megaciudades ascendió a 33, de las cuales 5 se encuentran en América Latina como resultado tanto de la creciente población como del incremento en la migración rural-urbana en los últimos 50 años.
La urbanización en América Latina, si bien consolidada, ha desafiado los sistemas de planificación y gestión. Con el 81% de la población en el área urbana, la región enfrenta problemáticas derivadas de este rápido crecimiento, como desigualdad, exclusión social y segregación espacial. Mejorar la calidad de vida de la población y lograr el desarrollo sostenible para por superar estos problemas.[4]
A su vez, esto implica sumar esfuerzos para mejorar la gobernanza de lo que concierne a la legislación y administración públicas. La situación de América Latina es compleja y los desafíos deben darse entre varios niveles de gobierno, en la distribución de sus responsabilidades y en su la capacidad de gestión; en resumen, mejorar la eficiencia, la eficacia y la efectividad. Fortalecer el sistema nacional de los países de la región es clave para posibilitar un desarrollo urbano sostenible, pues tanto la financiación como la puesta en marcha de la infraestructura urbana dependen del diseño e implementación de los planes nacionales gubernamentales, del marco regulatorio, y de la capacidad de gestión de los mismos.
La hoja de ruta de la Nueva Agenda Urbana
En este sentido, se han dado grandes pasos a partir de octubre de 2016, con la adopción de la Nueva Agenda Urbana (NAU), celebrada en el marco de la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible, Hábitat III. La NAU apuesta por un cambio de paradigma que orienta políticas, programas y proyectos urbanísticos para los próximos 20 años y traza a su vez una hoja de ruta para el desarrollo sostenible.[5] Se espera que la implementación de la NAU no solo contribuya al cumplimiento del ODS 11 (ciudades y asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles), sino que también refuerce la Agenda 2030 en su totalidad. Sin embargo, esto dependerá́ del compromiso y participación de un conjunto de actores en el sector público, privado y en la sociedad civil.
Conviene no olvidar que uno de los mayores desafíos para América Latina sigue siendo la baja inversión en infraestructura urbana, ya que en promedio, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), tan solo un 3% del PIB regional se destina a infraestructura, insuficiente para cumplir con la mitad de las demandas. Es fundamental, por tanto, que la recaudación fiscal, la administración del presupuesto y la inversión final estén orientadas hacia la planificación y el acceso de la población a infraestructura (ej. vivienda, servicios básicos, transporte), así como al fomento de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático y la gestión de riesgos.
La urbanización es sin duda un proceso social, político y económico. El crecimiento poblacional y su concentración en las ciudades han creado nuevos patrones de producción, distribución y consumo a nivel mundial. En el caso de América Latina, el crecimiento de las ciudades ha generado y un gran impacto en el entorno ecológico y una gran desigualdad socio-territorial desigual. Garantizar la sostenibilidad implica realizar mayores inversiones en infraestructura y sobre todo equipar a los gobiernos con mejoras institucionales. Solo así abriremos el camino hacia el desarrollo urbano y de gestión eficiente, eficaz y efectiva del sistema local, nacional y regional. La colaboración entre el sector público y el privado así como la participación de la sociedad civil es clave para establecer compromisos y sinergias a largo plazo y así lograr la tan anhelada sostenibilidad en América Latina.
Natalia Salazar Alekseyeva
Red de Liderazgo Iberoamericano para el Desarrollo
[1] Banco Mundial, Datos: Crecimiento de la Población.
[2] Naciones Unidas, Noticias: La población mundial aumentará en 1.000 millones para 2030.
[3] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
[4] Sánchez-Miranda Gallego C. (2018), Ciudades sostenibles: la Agenda Urbana como acelerador de los objetivos de desarrollo sostenible, Revista Pensamiento Iberoamericano nº 6. Carmen Sánchez-Miranda Gallego.
[5] Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Plan de Acción Regional para la implementación de la Nueva Agenda Urbana en América Latina y el Caribe 2016-2036.