Señor Dios, Padre Nuestro,
que concediste a tu siervo Ángel Herrera,
una riqueza interior extraordinaria.
Concédenos imitar el amor de Dios y el amor al prójimo
que tu siervo Ángel practicó en su vida.
Que nos comprometamos en la vida apostólica
y en la evangelización de la vida pública
para que se haga patente la fuerza del evangelio entre los hombres.
Te rogamos nos concedas por su intercesión
la Gracia que te pedimos y que nos ayude
a buscar tu voluntad divina
en todos los momentos de nuestra vida.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro señor.
Amén