Eugenio Nasarre: “el Brexit es un proyecto de viejos, un referéndum basado en mentiras y una lección amarga para el futuro”
Jaume Duch: “si la estrategia europea de acceso a la vacuna no existiera, habría muchos menos españoles vacunados”
Wilhem Hofmeister: “es fundamental seguir defendiendo los valores europeos en las reglas de juego global”
Los valores con los que se fundó la Unión Europa son válidos y deben hoy, más que nunca, ser reconocidos en todo el mundo. Es la principal idea en torno a la que giró el encuentro “Europa en un mundo global” celebrado en la Fundación Pablo VI el pasado 8 de abril y emitido posteriormente por TRECE.
En él, Eugenio Nasarre, vicepresidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo; Belén Becerril, subdirectora del Real Instituto de Estudios Europeos de la Universidad San Pablo CEU; Jaume Duch, responsable de comunicación del Parlamento europeo; Domènec Ruiz Devesa, eurodiputado y vicepresidente de la Unión de federalistas europeos; y Wilhem Hofmeinster, director general de la Fundación Konrad Adenauer, hablaron, entre otras muchas cuestiones, de los retos de Europa en un mundo dominado por dos bloques (EEUU-China), frente al auge del euroescepticismo y los nacionalismos, el papel de la Unión Europea en la gestión de la pandemia y la crisis económica y cómo resituar los valores fundacionales de Europa en el siglo XXI.
Eugenio Nasarre, vicepresidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo
“Europa no puede entenderse sin sus orígenes”, comenzó Eugenio Nasarre. “Tras la II Guerra Mundial hubo un clima que decía que Europa no podía caminar hacia el suicidio” y eso hizo a una serie de personajes, con diferentes perfiles, a iniciar un proceso de unificación que tiene en su base “una profunda dimensión moral, y un proyecto de paz, no a cualquier precio”, basado en la libertad, el imperio de la ley, con una economía basada en la iniciativa personal y bajo el principio de solidaridad para que nadie se quede en la cuneta. Hoy, este proyecto “sigue siendo real, aún con múltiples retos y problemas”, expresó Nasarre.
Y uno de esos retos fundamentales es, sin duda, poner en conocimiento el papel que las instituciones europeas tienen en cuestiones decisivas. Sobre todo, porque “hay más conciencia fuera de la Unión que dentro” sobre su importancia. Así lo expresó Jaume Duch, director de Comunicación del Parlamento Europeo. “Cuando uno sale fuera se da cuenta de la presencia e imagen que tiene la UE en el mundo”. Y ese es el reto para la ciudadanía europea. “No hace falta saber los reglamentos, ni la composición del Parlamento, sino saber cuál es el impacto que tiene en sus vidas las decisiones que ahí se toman”.
Un ejemplo muy claro de esto es el papel que está teniendo la Unión Europea en la pandemia. Aunque no tiene competencias en materia sanitaria sobre los estados y no puede hacer nada sin el consentimiento de éstos, en el plan de vacunación “todo el mundo entiende que es mejor una estrategia europea de acceso a la vacuna” que fuera de ella. La realidad, apuntó Duch, es que “se vacunan 2 millones de europeos al día, más que en EEUU”. Y “si esta estrategia no existiera, habría muchos menos españoles vacunados”.
Jaume Duch, director de Comunicación del Parlamento europeo
No obstante, el dircom del Parlamento Europeo reconoció que hay que hacer “una reflexión” sobre los problemas de abastecimiento iniciales. En los momentos más duros de la pandemia, todos descubrimos que “prácticamente ni una sola mascarilla se producía en la UE, ni un gramo de paracetamol, etc”. Por eso, “si hace un año nos dicen que hoy estaríamos discutiendo sobre la velocidad de la vacunación, estaríamos aplaudiendo”. Y sobre la postura de los países que están tratando de comprar por separado las vacunas, como la rusa, Duch lo tiene claro. Lo único que genera es una imagen “de falta de solidaridad y electoralismo” que “queda muy bien en los periódicos, pero que en materia sanitaria no nos lleva lejos”. Todos sabemos que de la vacuna Sputnik no hay dosis y que hasta que no lo certifique la agencia europea no se puede usar.
Del mismo modo, para el portavoz de comunicación de la Eurocámara, las críticas que se producen entre los países del norte, que tienen la impresión de poner más dinero, y los del sur, a los que se acusa de derrochar los fondos europeos, “suelen estar basadas más en clichés que en la realidad”. Una vez más, la falta de información, en su opinión, es la que lleva a este tipo de reacciones. En este caso, “lo importante es los 27 países se han puesto de acuerdo en algo histórico”: un plan de recuperación “sin parangón”, que puede servir “no sólo para sobrevivir, sino también ayudar a la modernización del tejido europeo”.
“La UE es el marco en el que mejor podemos afrontar todos los retos del futuro”
Belén Becerril, subdirectora del Real Instituto de Estudios Europeos de la Universidad CEU San Pablo
Si la Unión Europa falla, todo falla
En esta misma línea, se mostró Belén Becerril, subdirectora del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad San Pablo CEU. “Esperamos que la UE sea la respuesta a todos los problemas y eso no es así”. Sin embargo, “es el marco en el que podemos afrontar mejor los retos del futuro”. “Eso no quiere decir que no tenga fallos” y que se valoren sus políticas en función de las ideas de los estados (conservadores o liberales las apoyan cuando hay políticas de libertad y de austeridad, y los de izquierdas cuando son de solidaridad y gasto). Esto ha llevado a tensiones entre los estados miembros, pero “en cuanto cobramos distancia, vemos que el camino recorrido es algo formidable”.
La UE tras el Brexit
¿Por qué, entonces, se ha producido el Brexit? ¿Era de verdad voluntad de los británicos salir de la UE? ¿Qué consecuencias tiene para el resto de Europa? ¿Le seguirán otros países europeos?
Para entender esto, explicó Becerril, hay que trasladarse al contexto en el que el Reino Unido entró en la Unión Europea. Lo hicieron en los años 70, en un mal momento económico y muchos no creyeron nunca realmente en una integración europea plena por el euroescepticismo de parte de su clase política y de su población. Por eso, está convencida de que, aunque su salida no es positiva ni es un modelo para nadie, con ella dentro “difícilmente se podría haber avanzado como se ha hecho este año con el fondo de recuperación y tantas iniciativas europeas con ellos dentro”.
Por otra parte, tampoco hay que olvidar que en esta decisión solo participó un 37% de los británicos, de los que solo un 51% se mostró a favor y que los jóvenes británicos votaron en contra. Esto muestra, en palabras de Nasarre, que “el Brexit es un proyecto de viejos, un referéndum basado en unas mentiras tan burdas que casi no se podían rebatir y una vergüenza, que supone una lección amarga de cara al futuro”. Y esa tendencia a la mentira, la manipulación y el populismo, como el que ha llevado al Brexit es, junto al nacionalismo, “la nueva amenaza de Europa”.
“Los nacionalismos van en contra del concepto de la Unión Europea, pero no solo aquellos que buscan la secesión, como el independentismo catalán, sino también los que hablan de la soberanía”
Domènec Ruiz Devesa, eurodiputado
Europa frente al auge de los nacionalismos
Un diagnóstico que compartió Domènec Ruiz, vicepresidente de la Unión de Federalistas Europeos. “Los nacionalismos van en contra del concepto de la Unión Europea, pero no solo aquellos que buscan la secesión, como el independentismo catalán, sino también los que hablan de la soberanía, como Vox”. Para el eurodiputado socialista “Europa es la superación de todo tipo de nacionalismos” y una muestra de cómo sus estados de forma aislada no pueden prosperar ante los retos que supone el mundo globalizado. Prueba de ello es la gestión y el reparto de los fondos de recuperación. Son una muestra de la solidaridad europea, pero también una forma de orientar el gasto a una transición ecológica o digital.
De su experiencia de trabajo en el Parlamento, Ruiz Devesa percibe cómo la presencia de España se ha reforzado, lo que hace infundado cualquier sentimiento o complejo de inferioridad sobre las decisiones que se toman en el panorama comunitario.
Sin embargo, se observa cómo los partidos eurófobos y euroescépticos no dejan de aumentar, tanto a derecha como a izquierda. “Un discurso muy crítico en ambos extremos que nos debilita”, alertó Belén Becerril, y de lo que vemos ejemplos muy claros en Polonia y Hungría. No son solo una amenaza para la Unión Europea, sino también, “para el Estado de derecho”.
Fomentar la cultura europea y el humanismo cristiano
Además de una unidad política y económica, Europa es un proyecto cultural “que los jóvenes tienen la obligación de conocer”. En palabras de Nasarre, fiel defensor del europeísmo y del humanismo cristiano, un elemento decisivo para reforzar la unidad europea es fomentar sus rutas culturales, como el Camino de Santiago o la ruta Carlo Magno, el primer constructor de la idea de Europa. Hoy “los proyectos vitales de las nuevas generaciones no pueden estar fuera de Europa”. Por eso, añadió, es importante “que vean que no venimos de la nada”. Y, en este origen, están los principios del humanismo cristiano, sobre los que se sustenta el estado de derecho, la libertad y los derechos humanos.
Wilhem Hofmeister, director general de la Fundación Konrad Adenauer
Unos valores, que para Wilhem Hofmeister, el hombre de la democracia cristiana alemana en España, “siguen siendo válidos y reconocidos en todo el mundo”. La Fundación Konrad Adenauer, que debe su nombre a uno de los padres fundadores de la Unión Europea, tiene por objetivo, precisamente, a través de infinidad de proyectos en 120 países del mundo, promover los principios de la democracia cristiana, que son la libertad, la justicia y la solidaridad.
Una tarea, aseguró, más necesaria que nunca, “cuando somos desafiados, tanto desde dentro de Europa (Polonia, Turquía, Hungría), como desde fuera (EEUU y China)” con proyectos y estrategias que olvidan estos valores, tratando de influir en las elecciones, en los medios de comunicación... En esta guerra de bloques, los europeos quedamos al margen y “eso es muy peligroso”. Aunque es consciente del “declive” que presenta la democracia cristiana en el mundo, por múltiples motivos (secularización, fragmentación de los partidos, individualismo), Hofmeister está convencido de que sus ideas básicas “siguen vivas”, y que van a seguir teniendo un papel relevante, y que, después de Merkel, “habrá otro u otra canciller comprometido” con estos valores.
El reto migratorio en la UE
Uno de los grandes retos postpandemia para Europa será, sin duda, la inmigración. Pero, tal y como explicó la subdirectora del Instituto de Estudios Europeos, Belén Becerril, la experiencia de estos últimos años ha demostrado que “no puede ser gestionada de forma aislada por los estados miembros, sino de forma conjunta”. Por eso, aunque hasta ahora haya sido difícil, “tenemos que avanzar en responsabilizarnos y ocuparnos conjuntamente por construir una política de inmigración realista, pragmática y que dé protección a los que quieren entrar”.
Solo así, añadió Nasarre, podemos afrontar también el problema de envejecimiento grave que afecta a Europa, donde en 2019 nacieron 4 millones de europeos, frente a los 4,5 que murieron. “Necesitamos hasta un millón de personas que cubran lo que los europeos no damos”. Pero eso “hay que gestionarlo racionalmente, con generosidad y sin hacer de Europa una fortaleza”, concluyó.