Informe FOESSA 2020: La crisis del covid ha cambiado los planes de desarrollo y ha paralizado la recuperación
Natalia Peiró, secretaria general de Cáritas: la pandemia ha dado lugar a un rebrote de solidaridad
La pandemia del COVID-19 ha aumentado en un 77 por ciento las peticiones de ayuda a la red asistencial de Cáritas. De forma presencial, por teléfono o a través de canales virtuales, han sido centenares de miles las personas que en toda España han acudido a esta organización caritativa de la Iglesia, que ha atendido a través de los programas de Acogida y Asistencia a un 57% más de personas en todo el país.
Son datos de la encuesta realizada por la confederación para conocer el impacto de la COVID-19 en todas las Cáritas diocesanas y que han sido presentados esta mañana, junto a la Memoria Anual de 2019 y el Informe 2020 de la Fundación FOESSA, que este año lleva como título “Distancia Social y Derecho al Cuidado”. En ellos se constata, no sólo el ingente trabajo de la organización durante este tiempo, sino las graves consecuencias que esta pandemia ha generado en aquellas personas que vivían ya en una situación de vulnerabilidad.
La crisis de coronavirus “ha paralizado el lento proceso de recuperación que venía iniciándose desde mediados de la década”, ha alertado Guillermo Fernández, responsable del equipo de Estudios de Cáritas, “ha trastocado todas las previsiones y cambiado los planes de desarrollo de todos los sectores socioeconómicos”, volviendo a cifras del peor momento de la última crisis.
Presentación de la Memoria 2019 de Cáritas
Llueve sobre mojado
Los datos de los que habla FOESSA sitúan a 3 de cada 10 personas sin ningún tipo de ingreso, con un aumento también de los hogares en exclusión grave. Solo 1 de cada 4 se puede sostener del empleo, lo que va acompañado, además, de una grave crisis habitacional, puesto que la mitad de los hogares en situación de grave precariedad (49,2%) no pueden hacer frente a los pagos de hipoteca o alquiler de la vivienda y no disponen de dinero suficiente para pagar gastos de suministros (51,2%).
La salud, la brecha digital o la falta de posibilidad de conciliar son otros de los factores de exclusión social agravados con la pandemia. El 60% de los hogares en exclusión grave ha visto cómo empeoraba su estado psico-emocional durante el confinamiento, mientras que el 26% consideran que ha empeorado su estado físico; uno de cada tres hogares en exclusión grave está disminuyendo el rendimiento escolar de sus hijos e hijas; y un 18% de hogares en esta situación de exclusión grave con menores de edad a cargo admite haber tenido que renunciar a una ocupación o puesto de trabajo para hacerse cargo de ellos.
Una situación de emergencia que ha dado paso, sin embargo, a numerosos brotes de solidaridad por toda España, lo que muestra cómo en los “tiempos más duros sacamos nuestra mejor cara, dando paso a lo verdaderamente esencial”, afirma la secretaria general de Cáritas Natalia Peiro. "Tras una década de esfuerzo social por superar la crisis de 2008, veíamos una fatiga de la solidaridad” y una sociedad “más desvinculada” a la hora de hacerse cargo de los que más lo necesitaban. El estallido de la crisis del COVID-19 “ha cambiado el escenario de manera radical” y ahora “podemos afirmar que esta fatiga de la compasión ha dado lugar a un rebrote esperanzador de la solidaridad”.
En la rueda de prensa se han ofrecido también los datos de la actividad desarrollada por Cáritas en 2019. La Memoria recoge que 2,4 millones de personas fueron atendidas por la red de cáritas diocesanas y parroquiales, gracias a la inversión de 337 millones de euros.
En la presentación de estas cifras han estado presentes, además, el presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, y el obispo electo de Astorga y responsable de Cáritas en la Conferencia Episcopal Española.