Finaliza la IV edición del programa de liderazgo iberoamericano
Con la ponencia de la científica Pilar Mateo, Doctora en Ciencias Químicas por el CSIC y la Universidad de Valencia y Doctora Honoris Causa por la Universidad Anáhuac en México, se ha clausurado este viernes, 1 de abril, la IV edición del Programa de Liderazgo Iberoamericano de la Fundación Pablo VI. La doctora, reconocida entre las 10 científicas más prestigiosas de España y entre las 100 primeras a nivel mundial, ha sido la encargada de poner punto y final a un programa que tiene por objetivo la promoción del conocimiento y un liderazgo que se ponga al servicio de la sociedad para cambiar las estructuras, como ella ejemplifica con su vida y su trabajo.
De hecho, su formación e investigación se ha desarrollado con la obsesión constante de ayudar a otros, especialmente a las personas más vulnerables. De esta obsesión nacen sus mayores logros científicos, entre ellos el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías para erradicar las enfermedades mortales relacionadas con la pobreza, como es el mal de Chagas, provocado por la picadura de un chinche que en Bolivia denominan vinchuca.
“Donde hay un problema, siempre tiene que haber una solución” es el lema que Pilar ha llevado por bandera y que ha puesto en práctica a lo largo de su trayectoria profesional, no sin dificultades, buscando la manera de erradicar enfermedades de transmisión vectorial (a través de la picadura de insectos) con el desarrollo de pinturas de alta tecnología. Esta máxima de “poner la ciencia al servicio de la sociedad” es la que la impulsó a crear lo que ella misma denomina “la vacuna de las casas”, y a trasladarse posteriormente hasta el Chaco boliviano para sentir en su propio ser las necesidades de los pueblos más necesitados y obtener más fundamentos para su investigación.
La primera frustración llegó cuando se dio cuenta de que ni siquiera podía aplicar la pintura en las casas enfermas de la chinche porque las paredes no existían lo que le hizo reafirmarse en la idea de que la investigación científica debe estar siempre basada en observación. “Todo lo que se trata de forma sesgada no cambia el mundo. El problema es que damos demasiada importancia a curar y lo que hay que tratar primero es la prevención”.
Tras aquella experiencia, le bastaron un par de meses conviviendo con las vinchucas cada noche para comprender que “el miedo se tenía que convertir en rabia y la rabia, en acción” y en paralelo a sus investigaciones científicas, comenzó a poner en marcha proyectos sociales para mejorar la calidad de vida de las comunidades más vulnerables, como la creación del Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo, que le han hecho merecedora de más de 70 premios nacionales e internacionales. Aunque para Pilar Mateo “el mejor premio posible es poder generar puestos de trabajo en los países donde están las enfermedades y mejorar la vida de la gente con acciones inmediatas y realizables”.
Para finalizar, la doctora Mateo les ha llamado a mantener la ilusión por cambiar las cosas, “porque los sueños se cumplen, con conocimiento y riesgo” y a poner su conocimiento al servicio de los demás para cambiar las estructuras. “Creo en la ciencia que escucha y que abraza desde el conocimiento y la acción” y, por eso, les ha animado a formar parte de sus proyectos futuros: un nuevo ejército de mujeres cuya arma sean las brochas: “quiero que las brochas hablen, abracen y sean capaces de cambiar las cosas”.
Con esta conferencia se ha puesto punto y final a la IV edición del programa de Liderazgo Iberoamericano. Un programa que, en palabras del director general de la Fundación Pablo VI, quiere promover un liderazgo que apueste por el equipo, sin miedo al cambio, que trabaje con inteligencia, transparencia, ejemplaridad, justicia, humildad y estrategia, que se respete a sí mismo y a aquellos de los que se rodea.
Gracias a todas las instituciones que han formado parte de este programa, en el que se ha contado con la colaboración, entre otras muchas, de la Xunta de Galicia, la SEGIB, el Congreso de los Diputados, la Fundación A La Par, o el Defensor del Pueblo; y a Adela Ubau, Adilene Pérez Narciso, Giselle Baiguera, Florencia Grasetti, María José Valdés, Patricio Álvarez, Karla Díez Pareja, Daniela Sáez Mahuida, Lina Díaz Avella, Tatiana Alejandra Ruano, Kalaumari Mayoral, Raquel Grunauer Espinoza, Hugo Maximiliano Vallejos, Erlinda Janet Bonilla Andrade y Luis Anderson Fernández Baca por su pasión por ser agentes transformadores y de unidad de la realidad iberoamericana.