No se puede hablar de liderazgo sin tomar conciencia del contexto histórico que vivimos, del pasado que configura nuestro presente y de los valores compartidos que poseemos como españoles y europeos. Cuando un joven Ortega y Gasset pronunciaba en los años 20 del siglo pasado la frase “España es el problema y Europa la solución”, estaba dando una idea de lo que iba a ser la historia del siglo XX que, aún con muchos errores, se ha construido en torno a la idea de la unidad de Europa. El profesor y jurista Leopoldo Calvo-Sotelo Ibáñez-Martín dio, en la segunda jornada del programa de liderazgo de la Fundación Conexus y la Fundación Pablo VI, una magistral ponencia, no solo sobre la coyuntura que vive Europa, sino sobre los valores sobre los que se ha forjado la realidad europea desde sus orígenes.
Hoy por hoy, y en España muy pocos lo ponen en duda, apuntó Calvo-Sotelo, “el proyecto europeo genera consenso y es uno de los elementos vertebradores de nuestra sociedad española”. Y, aunque la guerra de Ucrania ha puesto en jaque su unidad, ha supuesto también el despertar geopolítico de Europa. Sin embargo, para el jurista, en estos momentos hacen falta buenos liderazgos, como el que pudo tener Jacques Delors en los años 90.
Tanto la guerra de Ucrania, como el COVID-19, son los grandes retos coyunturales que vive Europa en este momento. Pero también, y principalmente, las amenazas al Estado de derecho y la fractura de su unidad. El Brexit fue un ejemplo, tal y como explicó Calvo-Sotelo, provocado por unos dirigentes “mediocres” y por un afán de querer trasladar a la ciudadanía las cuestiones que desde la política no se pueden resolver. Eso es, en definitiva, el resultado de la opción por el referéndum, que trata de resolver por la vía fácil lo que no se consigue abordar desde el liderazgo político.
En su intervención, Calvo-Sotelo apuntó que, más que trabajar en la ampliación de la UE, habría que trabajar en su integración.
Con esta ponencia se ha cerrado la segunda jornada del programa de Liderazgo de la Fundación Conexus y la Fundación Pablo VI, que comenzó a primera hora de la mañana con una sesión dedicada a la tecnología, la inteligencia artificial y sus retos, impartida por José Luis Calvo Salanova, director de Sngular.
En su charla trató de mostrar las luces y las sombras de un mundo dominado por la tecnología, en el que todo, salvo los deseos, los propósitos o la voluntad se pueden automatizar. “Hay una doble perspectiva: se mejoran experiencias del usuario, se agilizan procesos, se reducen gastos de empleados…, pero se destruyen puestos de trabajo”. ¿Significa eso un empeoramiento necesariamente? Para José Luis Calvo todo depende de la regulación y la capacidad de adaptación.
La segunda ponencia de la mañana abordó el reto de la movilidad en un contexto en el que se impone la desaparición de los combustibles fósiles. Juan Fernando Acebrón Rodicio, director de Relaciones Institucionales de Ford España, abordó, en su intervención, la importancia del vehículo eléctrico para lograr ese impacto cero en la movilidad. A pesar de las dudas surgidas entre los alumnos sobre el impacto medioambiental negativo de las baterías eléctricas, que son también altamente contaminantes, Acebrón quiso defender el valor del vehículo eléctrico para llegar a cumplir la exigencia de mejora de la calidad del aire en las grandes urbes. “Con la concienciación sobre la necesidad de una gestión responsable, desde la fabricación hasta el reciclaje de las baterías para conseguir un impacto ambiental 0, la ecuación será perfecta”.