La historia del marinero lituano Simas Kudirka, su salto a la libertad y el conflicto internacional que se generó en los años de la Guerra Fría es uno de esos episodios vergonzantes, cuyo relato y recuperación debe servir para aprender y evitar que hechos como éstos se vuelvan a repetir. Era el año 1970 cuando Kudirka saltó de un barco soviético situado frente a las cosas de EEUU a un barco de la guardia costera estadounidense en busca de asilo.
Su historia es la de tantos disidentes que trataron de huir de un régimen que prolongó durante 50 años su presencia en Lituania, pero que “no pudo destruir ni a su gente, ni su identidad, como tampoco ahora podrá con el pueblo ucraniano”. Así lo manifestó la embajadora lituana en España, Lyra Puisyte, durante el pase especial de la película The Jump (El Salto) que tuvo lugar en la Fundación Pablo VI el pasado 20 de diciembre, con la presencia, además, de la directora del documental, Giedre Zickyté, premio nacional de Cultura y Arte Lituano, y la embajadora de EEUU en España, Julissa Reynoso.
Durante el acto, que fue abierto con las palabras del director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, se recordó el “coraje” de tantas personas que en Lituania lucharon contra el “sistema opresivo” de la Unión Soviética como ahora lo está haciendo el pueblo ucraniano contra el régimen totalitario de Putin.
La embajadora de Lituania en España, Andorra y Argentina, Lyra Puisyte, destacó, además, otra lección para la historia que se saca de esta película, que es la necesidad de trabajar por la fortaleza y la “sostenibilidad de las democracias”. Porque la gran diferencia entre los países democráticos y los totalitarios es la capacidad de “reconocer un error, de pedir perdón e intentar hacer todo lo posible para corregirlo”, como, dijo, EEUU hizo con Simas Kudirka después de haberle negado el asilo en aquellos años del conflicto.
Por su parte, la embajadora de EEUU en España, Julissa Reynoso, destacó el trabajo que está llevando a cabo en este momento el Gobierno de EEUU en la acogida de migrantes y refugiados que buscan protección. “Esta historia no terminó cuando tomamos la decisión equivocada”, concluyó.