14/01/2025
Foro de Encuentros Interdisciplinares con la presencia de Paolo Benanti.
¿Es sostenible nuestro sistema sanitario?
La sostenibilidad de los sistemas sanitarios compromete a sociedades enteras. Lo hemos vivido de forma muy patente durante la pandemia. En un contexto de aparente seguridad y certezas, un virus nos hizo tomar conciencia de nuestra fragilidad y los médicos y el personal sanitario fueron nuestra tabla de salvación, poniendo su integridad física y mental en riesgo.
Durante meses los aplaudimos como héroes, toda la sociedad asumió una deuda con ellos, tomamos conciencia de la necesidad de proteger el trabajo esencial... Pero dos años después, el panorama que se dibuja en toda España es de desbordamiento absoluto, sobre todo en la atención primaria: ratios de más de 60 pacientes al día, jornadas de hasta 45 horas semanales, centros de salud sin médico, plantillas envejecidas, jubilaciones anticipadas y falta de reposición han puesto el sistema del revés.
El programa “La gran pregunta” que se emitió el día 4 en TRECE abordó esta situación que ha llevado al colectivo sanitario a levantarse en protestas en toda España. Con la presencia de Juan del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal (un think tank sobre la salud en España) y presidente de la Asociación Española de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, la oncóloga médica Elia Martínez, portavoz de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos y Manuela García Romero, vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, se trató de responder a la pregunta de si es sostenible nuestro sistema sanitario, no sólo por la situación de colapso que vive, sino por el envejecimiento paulatino de la población y por una sociedad cada vez más medicalizada.
España cuenta con uno de los sistemas sanitarios más sólidos del mundo, tal y como constatan las cifras de la OCDE, pero se ha producido un gran desajuste entre oferta y demanda “con una demanda potencialmente infinita y una oferta limitada”, explicó Juan del Llano. En efecto, apuntó Elia, por su parte, la propia evolución de la población lleva a que haya cada vez más pacientes crónicos y con patologías más complejas que requieren más recursos (como en los tratamientos de cáncer y otras enfermedades crónicas).
Patologías cuya asistencia lógica debería ser en la atención primaria, pero es aquí donde la situación es más difícil, con listas de espera de hasta una semana para la cita con el médico de familia o el pediatra. Y, si hablamos de especialistas u operaciones, las listas de espera se pueden retrasar hasta 3 ó 4 meses respectivamente.
Aunque es evidente que se necesitan más recursos, para Del Llano es muy importante también trabajar en la prevención para que el sistema sea viable, fomentando los estilos de vida saludables desde la propia escuela. “Tener un buen estilo de vida mejora la salud a largo plazo”. Y eso implica también responsabilidad ciudadana, “tomando conciencia de que la atención sanitaria genera una gran movilización de recursos y que quizá en algún futuro haya que coparticipar”, con excepción de aquellos que no tienen recursos. Porque, apuntó el director de este think tank de salud “vivimos en una sociedad excesivamente medicalizada que tira de los médicos y los hospitales para cuestiones que antes se resolvían de otra manera”.
Cuidar a los que cuidan
Nunca antes se había vivido un impacto tan grave en la salud mental de los sanitarios hasta el punto de que el 8% de los sanitarios pensó en el suicido en los momentos más duros de la pandemia. Manuela García Romero, vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y coordinadora nacional del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo puso de manifiesto, durante su intervención, el aumento de los cuadros de ansiedad, insomnio y de sobrecarga física y emocional que se vive entre el personal, que además se tiene que enfrentar a reacciones negativas de los ciudadanos, en ocasiones convertidas en agresiones y amenazas.
Esto se traduce en cada vez más médicos pidiendo la jubilación anticipada, especialmente en la atención primaria, y a una falta de relevo generacional, porque cada vez son menos los jóvenes MIR que ponen la medicina de familia entre sus opciones.
Otro de los sectores afectados por esta situación y donde también es difícil el relevo es el ámbito de la oncología, una especialidad en la que el cuidado, la escucha, la empatía y el tiempo son fundamentales para una relación humana y de calidad con el paciente.
La oncóloga Elia Martínez lo tiene claro. “Ser capaces de atender y cuidar es nuestra mayor recompensa por encima de la parte económica. Pero, si nosotros no estamos en las mejores condiciones y no tenemos algo que nos mantenga a flote, no podremos atender a los pacientes, con la cercanía, la empatía y el cuidado humano que necesitan”. Para Elia, además de los recursos, es fundamental el cuidado de las relaciones personales dentro los equipos y de la sobrecarga emocional de los sanitarios, aprovechando además el impulso que da la tecnología para agilizar algunos procesos, facilitando todo lo relacionado con los cuidados paliativos en los domicilios.
En un momento como el actual, disponer de recursos para facilitar la atención domiciliaria es, dicen los expertos, una forma de avanzar hacia una sociedad cuidadora y hacer la sanidad más humana.