En la tercera jornada del programa de liderazgo de la Fundación Conexus Madrid y la Fundación Pablo VI se habló de múltiples cuestiones: la necesidad de una ética para la medicina y el cuidado, para la sostenibilidad y para la política. La bioética, el bioderecho y la biopolítica, explicó el director académico y coordinador del Observatorio de Bioética y Ciencia de la Fundación Pablo VI, José Ramón Amor Pan, son esenciales en una sociedad que ha perdido la ética de la virtud. Para ello, es fundamental también el rigor académico, la investigación y el estudio, que dan las herramientas para una buena deliberación y argumentación. En esta primera sesión del día, el profesor Amor Pan habló de estas visiones utilitaristas de la vida que consideran al ser humano indefenso u sujeto de cuidado con menos derechos que el de muchas otras especies y que les convierten en víctimas de una cultura del descarte. En este sentido la Bioética da muchas claves para el discernimiento en lo que tiene que ver con la dignidad del ser humano.
La siguiente sesión estuvo dirigida por Pedro Linares Llamas, doctor ingeniero y director de la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad en Comillas ICAI, quien habló sobre los retos de la energía ante el cambio climático, la crisis generada por guerra de Ucrania, y la transición energética. La actividad económica que genera la energía es muy importante, en generación de riqueza, puestos de trabajo, etc. Por eso, para el profesor Linares la transición ha de hacerse de forma progresiva, sin dejar a nadie en la cuneta. “Ahora mismo las renovables no son la solución definitiva”, explicó.
Por la tarde, los participantes en el programa tuvieron la oportunidad de visitar el Congreso de los Diputados y tener un encuentro con la diputada popular Cayetana Álvarez de Toledo, con quien compartieron reflexiones sobre el momento político actual no solo en España, sino también en el ámbito internacional: el porqué de la desconfianza de los ciudadanos por la política, el auge de los movimientos populistas e ideologías extremas. La diputada comparó la capacidad que tuvieron todos los partidos de espectros políticos diferentes para ponerse de acuerdo en los años de la Transición. Lo hicieron todos, salvo dos: el FRAP y ETA. Y ahora, alertó, desde dentro del sistema están dinamitando el sistema político actual.