José Ramón Amor Pan, director académico y coordinador del Observatorio de bioética de la Fundación Pablo VI, participó en la jornada “Ciudades que cuidan, ciudades compasivas” celebrada esta semana en A Coruña.
Su ponencia giró entorno a la importancia de pensar en cómo queremos que sean nuestras ciudades para que las necesidades de todas las personas estén debidamente atendidas. Estas necesidades vienen marcadas por las características de nuestra época; el aumento de la esperanza de vida, la cronificación de muchas enfermedades antes claramente mortales y el debilitamiento del sentido comunitario de la vida humana.
José Ramón Amor expuso algunas cuestiones que son imprescindibles para que haya un bienestar general y no se creen ciudadanos de tercera. “Implica, entre otras muchas cosas, una ley de cuidados paliativos, una financiación suficiente, fortalecer la atención primaria, mejorar los salarios de los profesionales que trabajan en nuestras residencias de ancianos, centros de día y ayuda a domicilio. Para que todo esto sea posible, hace falta un gran compromiso social, “dado que la atención adecuada a las personas en situación de especial fragilidad y vulnerabilidad es una responsabilidad compartida”.
Elia Martínez y José Ramón Amor
El cuidado debe de ser el motor de las políticas públicas
El coordinador del Observatorio de bioética concluyó que “en definitiva, el cuidado debe tener un valor político, tenemos que convertirlo en el eje de la acción de gobierno, en el motor de las políticas públicas.”
La jornada “Ciudades que cuidan, ciudades compasivas” está organizada por el Arzobispado de Santiago de Compostela y el Colegio de Médicos de A Coruña. Una sesión en la que participaron el Arzobispo de Santiago de Compostela, Monseñor Francisco Prieto, el presidente del Colegio de Médicos de A Coruña, Luciano Vidán Martínez, y los médicos Montse Pérez García, Fernando Lamelo y Elia Martínez.
Una iniciativa que busca el diálogo entre la Iglesia y distintas entidades civiles para generar cultura del encuentro como tantas veces pide el Papa Francisco.