El foro De Nagasaki a Gaza: Guerra Nuclear y nuevas amenazas reunió, el día 24 de octubre, en torno al debate sobre la situación actual de las armas nucleares y sus posibles consecuencias a Tica Font, presidenta del Centre d’Estudis per la Pau J.M. Delàs, a Ángel Gómez de Ágreda, coronel de Aviación en la reserva y director del Área de Seguridad de Odise-IA y a Carmela Baeza, médico y autora del relato Takhasi y Midori, la luz de Nagasaki. El foro estuvo moderado por Sandra Várez, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Fundación Pablo VI y presentado por Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI.
Grandes preguntas ante un mundo incierto
La charla giró alrededor de las grandes preguntas que nos interpelan ante la realidad que vivimos. ¿Existe una guerra justa? ¿Es paz solo la ausencia de guerra? ¿El avance de la tecnología y la ciencia sin control supone un peligro para la Humanidad? ¿Hasta qué punto el rearme nuclear es solo disuasorio? ¿Podría repetirse un episodio como la bomba de Hiroshima y Nagasaki?
Las cifras de rearme mundial, son muy significativas y van en contra de esta tesis. Hay hasta 12.000 bombas atómicas repartidas en un puñado de potencias; y aunque más de 9 mil están almacenadas en los arsenales atómicos, unas 3.800 cabezas siguen desplegadas en sus misiles y unas 2.000, principalmente de Rusia y EEUU, se mantienen operativas en alerta. La investigación para, cada vez, una mayor precisión lleva a una mayor probabilidad de que esto se use, según explicó Ángel Gómez de Ágreda que, como experto en geopolítica, ve cada vez más complicada la posibilidad de la negociación en conflictos donde se multiplican los actores en conflicto.
Tanto Ángel Gómez de Ágreda como Tica Font dibujaron un panorama poco alentador en este sentido, con potencias que están virando hasta convertirse en “máquinas económicas que están preparándose para la guerra”, con altas inversiones en armamentística de USA, Europa, Rusia y China, principalmente y por este orden.
Vivimos en un mundo con conflictos internacionales que tensionan distintas zonas del planeta como los de Israel-Gaza y la invasión de Ucrania por parte de Rusia, pero incluso en aquellos lugares donde no hay guerra, hay muchas formas de alterar la paz. “Lo vemos todos los días, las distintas desigualdades que existen son las formas más grandes de alterarla”, explicó Gómez de Ágreda. “Antes las guerras se libraban en el campo de batalla, después en los núcleos urbanos implicando a la población y ahora, en numerosas ocasiones, dentro del propio ser humano”, puntualizó.
Ángel Gómez de Ágreda
Otra de las cuestiones que se abordó en el coloquio fue el debate eterno sobre el progreso científico y sus límites, partiendo del ejemplo concreto de los efectos que las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki provocaron casi 80 años atrás. En aquel momento, una obra de la genialidad humana que fue la genialidad humana que fue la creación de la bomba atómica por parte de Robert Oppenheimer, se acabó convirtiendo en el arma más devastadora de la historia, que dejó centenares de miles de muertos y otros tantos miles de damnificados. Hoy, la investigación tecnológica y científica con fines bélicos, abre nuevas amenazas, como son las armas autónomas, que buscan objetivos más precisos, pero tienen unos efectos destructivos imprevisibles. Así, se puso el ejemplo el sistema que Israel utiliza en Gaza para seleccionar hasta 100 objetivos humanos diarios, basándose en la Inteligencia Artificial, susceptibles de ser eliminados. Algo que lleva a infinitas preguntas, como que el distanciamiento de la persona con el objetivo, diluya las responsabilidades. ¿Dejarán las personas de sentirse responsables de la muerte de un ser humano que ha “seleccionado” una máquina? Para la doctora Carmela Baeza, la ciencia nunca puede estar apegada de lo humano. “Cuando tu conoces una realidad es imposible no empatizar", dijo. Ángel Gómez de Ágreda, por su parte, aseguró que, aunque “no podemos parar la ciencia”, sí que hay que utilizarla de manera ética y con una regulación que ponga diques a su desarrollo.
La religión es, en muchas ocasiones, la excusa de los conflictos bélicos. Para Tica Font ninguna religión es violenta; cuestión distinta es que “algunos líderes se asocian con el poder y se separan del pueblo”.
Carmela Baeza y Sandra Várez
La exposición “El sí que teje la historia. Un despertar a la luz frente al horror de Nagasaki” origen del foro
El foro se celebró en el marco de exposición que se exhibe en la Fundación Pablo VI sobre la historia del matrimonio Takashi y Midori Nagai, que vivieron las consecuencias de la bomba atómica de Nagasaki. La segunda murió en el acto por la explosión; y el primero dedicó, tras aquel horror, sus conocimientos científicos, su fe en la ciencia y en Dios para ponerse al servicio de la reconstrucción de su pueblo, ofreciendo su vida en sacrificio. Carmela Baeza, colaboradora de EncuentroMadrid y autora del relato Takashi y Midori "La luz de Nagasaki", puso en valor aquellas palabras que siguen inspirando hoy en día a tantas personas en el mundo. “Estoy vivo aún y creo que la trama de la vida es preciosa”.