Los días 8 y 9 de noviembre se ha celebrado en Valladolid el encuentro nacional de las XLIV Semanas Sociales para reflexionar sobre el diálogo, como un camino para la Iglesia, en un contexto de especial incertidumbre, polarización y poca disposición al encuentro.
Durante dos días, medio centenar de personas de 25 diócesis e instituciones de Iglesia en toda España se han reunido para poner en común todo este trabajo realizado a lo largo de estos dos años, coordinados por la Junta Nacional.
El presidente de Semanas Sociales, Jesús Avezuela; el Arzobispo de Valladolid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello; el Nuncio Apostólico de la Santa Sede en España, Mons. Bernardito Aúza; y el profesor italiano Massimo Borghesi.
Pero ¿qué es Semanas Sociales? Tal y como explica su presidente, Jesús Avezuela, esta iniciativa tiene sus orígenes en un contexto histórico que, aunque muy alejado del nuestro, presenta cierto paralelismo. “Haciendo un poco de historia, a finales del siglo XIX, en medio de una revolución industrial y una visible confrontación entre dos cosmovisiones, la del capitalismo y la del socialismo marxista, el Papa León XIII, en la Encíclica Rerum Novarum, denunció comportamientos, principalmente de naturaleza laboral, que dieron lugar, posteriormente, a reformas muy relevantes en las propias legislaciones nacionales. Rerum Novarum significó un hito esencial en el nacimiento de la Doctrina Social de la Iglesia y la voluntad de mirar hacia un nuevo futuro en el que se anunciaban fuertes cambios económicos, sociales, políticos, espirituales y culturales”. Fue a partir de entonces cuando comenzaron a originarse reuniones periódicas de personalidades influyentes para reflexionar sobre los distintos problemas sociopolíticos o económicos que afectaban a la sociedad. Surgieron inicialmente en Francia, aunque a España llegaron tan sólo dos años más tarde, en 1906, en un momento en el que se vivía un especial desencanto y decepción. Semanas Sociales se convirtieron en una suerte de universidad ambulante de Doctrina Social de la Iglesia.
“También hoy, explica, nos preside una revolución que, en palabras de Mustafa Suleyman en su obra, La Ola que viene, está llamada a convertirse en el mayor acelerador del progreso de la historia, y al mismo tiempo viene acompañada de no pocos dilemas y amenazas. Nos encontramos también, como en los orígenes relatados ante una absoluta desconfianza social y desencanto hacia lo político e institucional”. En este sentido, esta nueva edición de Semanas Sociales se ha ofrecido a ser, como ocurrió en sus inicios, ese espacio de diálogo y de encuentro que permita seguir progresando y construyendo para las generaciones venideras.
El sociólogo Fernando Vidal, el diputado Francisco Igea, el periodista Antonio San José, y el director de Vida Nueva, José Beltrán
En la jornada nacional celebrada en Valladolid han participado personalidades como Massimo Borghesi, catedrático de Filosofía Moral, con una magistral conferencia sobre cómo una globalización mal articulada ha desembocado en el actual escenario de polarización que estamos viviendo. Tras repasar la dinámica internacional a partir de la caída del Muro de Berlín en 1989, Borghesi se adentró en analizar cómo la deriva hacia un “modelo tecnocrático ha favorecido una concepción individualista-nihilista”, que tiene como reacción una “contraparte populista-nacionalista que exige el retorno a la religión en antítesis del hedonismo occidental”. Y estos dos modelos que coexisten, “el occidentalismo y el nacionalismo” luchan por la hegemonía mundial y sumen también a los cristianos en una polarización de extremos que “no pueden aceptar”. Frente a ello, dijo, “en medio de un vacío de liderazgo, permanece la voz solitaria del Papa Francisco, la máxima autoridad moral que, en este momento del mundo, está fuertemente comprometida con la paz entre los pueblos”, con la unidad y contra “aquellos nacionalismos religiosos que cierran fronteras y bloquean la vocación universal de la fe libre de todo poder”.
En otro de los actos centrales, en la mesa redonda sobre “El valor del diálogo”, Francisco Igea, político en las Cortes de Castilla y León; Fernando Vidal, sociólogo; y Antonio San José, periodista, hablaron de este diálogo no sólo como acción sino también como vocación, para lo que han de darse las condiciones, los criterios y la voluntad. Con un recuerdo especial a las víctimas de la DANA en Valencia, se insistió en la necesidad de recuperar la “conversación cívica” y dejar a un lado las diferencias y los intereses fragmentarios, para promover el bien común.
En definitiva, tal y como declara su presidente, “en estos días, la Iglesia Española ha renovado su compromiso de diálogo con el mundo que le toca vivir, en palabras de Pablo VI, queriendo promover con actitud humilde y espíritu de escucha procesos de diálogo en diversos ámbitos públicos y privados”.