Casi 20 años después de la crisis financiera de 2007, los hogares españoles que la sufrieron con mayor severidad continúan afectados. 9,4 millones de personas están actualmente en exclusión social, lo que supone un 19,3% de la población y dos millones más que en 2007.

Exclusión residencial

La exclusión residencial ha sido uno de los aspectos que más ha empeorado durante estos últimos años. Los problemas con la vivienda afectan a 1 de cada 4 hogares. Esta cifra se dispara cuando hablamos de las personas que se encuentran en riesgo severo de exclusión social, cuya proporción es de 9 de cada 10. El 20% de los hogares con menor renta dedican hoy en día más del 70% de sus ingresos al pago del alquiler de su vivienda. 

Estos datos son parte de la sexta Encuesta sobre Integración y Necesidades Sociales de la Fundación FOESSA, realizada el pasado semestre a 12.500 hogares y cuyos resultados definitivos serán presentados en el IX Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, que se hará público en el último trimestre de 2025. La Fundación Pablo VI es una de las instituciones que forman parte del patronato de la Fundación FOESSA.

Raúl Flores, secretario técnico de la Fundación FOESSA y coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas Española, cree que estos datos reflejan la “incapacidad de la economía y de las políticas para romper los ciclos de pobreza y exclusión social” y constatan que estamos “ante una dinámica que nos muestra un claro carácter estructural de la realidad de la exclusión social”.

Ante el empeoramiento del acceso a la vivienda por parte de gran parte de la población, muchas familias están optando por soluciones precarias que tienen consecuencias importantes en su calidad de vida.

• Casi tres millones de personas utiliza una forma precaria de vivienda: facilitada gratuitamente por otras personas o instituciones, realquilada, ocupada ilegalmente o con aviso de desahucio.

• Aproximadamente 3,4 millones de personas se encuentran en situación de hacinamiento en sus viviendas: son los hogares que tienen que compartir pisos con más personas, a volver a la casa de padres o familiares y convivir con ellos, a recurrir a los llamados “nanopisos”.

• 1,6 millones de personas residen en viviendas que carecen de algún equipamiento básico y 720.000 personas viven en barrios marginales con entornos degradados.

• 1,5 millones de personas están en pisos con barreras arquitectónicas que necesitan quitar pero que no pueden por falta de ingresos.

Desde FOESSA se hacen una serie de propuestas para mejorar esta situación: seguir desarrollando el sistema de garantía de ingresos mínimos, reforzar paralelamente el sistema de protección social, generar un parque de vivienda público extenso, dar acceso a prestaciones monetarias dirigidas a familias e infancia que lo necesiten, favorecer el acceso a la educación no obligatoria, seguir invirtiendo en el Sistema Nacional de Salud y llevar a cabo políticas sólidas de equidad y solidaridad a personas migrantes.

Raúl Flores es profesor permanente de los programas de liderazgo de la Fundación Pablo VI. En la V Edición del programa de liderazgo humanista organizado con la Fundación Conexus, Raúl Flores hizo hincapié en la precariedad de muchos trabajos que hace que hoy en día tener un trabajo no sea sinónimo de salir de la exclusión social. “Más de la mitad de las personas que atendemos en Cáritas tienen trabajo”, aseguró.

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