14/01/2025
Foro de Encuentros Interdisciplinares con la presencia de Paolo Benanti.
El cine del siglo XXI no debe perder su esencia que es “bucear en el alma humana”
¿Hacia dónde debe dirigirse el cine? ¿Es posible la supervivencia del cine en el formato actual? ¿Son compatibles calidad y negocio de taquilla? Son algunas de las cuestiones que se han tratado de responder en el Foro de Encuentros Interdisciplinares que se ha celebrado este martes, 18 de diciembre, en la Fundación Pablo VI, el último del año, con protagonistas de primer nivel del mundo del cine, de la interpretación, de la dirección, la producción y la crítica.
Se trata del actor Miguel Ángel Solá, con más de 40 años de interpretación en cine y teatro a sus espaldas; la directora Paula Ortiz, de películas premiadas como La Novia o Doble o Nada; la productora cinematográfica Belén Bernuy, con documentales premiados como Garbo, el hombre que salvó al mundo, docente y fundadora de Centuria Films y Oti Rodríguez Marchante, periodista con larga trayectoria en la crítica de cine en ABC, Blanco y Negro o Qué grande es el cine.
Todos ellos han coincidido en manifestar que el cine es una herramienta para llegar al corazón del que le está mirando y no debería perder el sentido para el que fue creado. Según la directora de La Novia, galardonada en 2015 con 2 premios Goya y 6 premios Feroz, “aunque su objetivo final sea el negocio, el motor primero debe ser el conocimiento y bucear en el alma humana. Eso debe ser imprescindible”. Y en ese sentido no hay que caer en el pesimismo. Porque, pueden cambiar los recursos y las sensibilidades pero las historias encuentran sus cauces. “Estamos, quizá, en un momento contradictorio, de buscar el relato comercial o de brocha gorda, pero, al mismo tiempo, es el momento en que más títulos se crean o más libros se leen; y hay pequeñas productoras, que lanzan su pequeño discurso al mundo, y encuentra su lugar”.
Adaptarse a los nuevos formatos
“Puede ser que ahora cueste mucho que el cine minoritario llegue a los grandes circuitos pero eso no quiere decir que las películas más pequeñas no tengan su hueco”, dice Belén Bernuy, fundadora de su propia compañía de producción, Centuria Films. En el cine la diversidad es una riqueza, pero hay que saber adaptarse a cada época. “Hay muchas formas de ver cine”, asegura el crítico Oti Rodríguez Marchante. Por ejemplo, “la sala de cine ya no es un recipiente en el que comemos cine. El cine tiene que aprender a no depender de las salas de cine”. Por eso, “cuanto más sitios donde ver películas, mejor, y cuanto más sitios donde leer críticas, mejor”.
Sobre la interpretación, ¿cómo captar la atención del espectador en cine, o, incluso, en teatro, en la era de la inmediatez, de las redes sociales o los 140 caracteres? El actor Miguel Ángel Solá cree que hoy es más difícil lograr hacer llegar a los demás el talento y centrar tu atención. “Lograr que la gente abandone un móvil o un aparato electrónico en una función es casi como atrapar una presa”, pero lo que nos tiene que preocupar es “abrir el corazón y las mentes y hacerlos jugar”.
También ha cambiado la forma de enseñar cine. Los alumnos que estudian cine ahora no leen textos, no ven vídeos de más de dos minutos, pero hay herramientas que consiguen hacerles llegar esa coherencia de narrador. Desde su experiencia como docente la directora Paula Ortiz explica que hay un doble nivel en esta didáctica que es, por un lado “el oficio y por otro la voz” que es lo que da forma a la historia.
Relación del cine con la administración
Para los ponentes la administración pública debe también implicarse en la creación y difusión del cine, con incentivos fiscales u otras herramientas económicas. Porque el cine puede servir “para revitalizar zonas desoladas o proyectar paisajes e identidades de otras zonas”, asegura Paula Ortiz que ha rodado muchas de sus películas en su Aragón natal.
Sobre teoría de que las nuevas plataformas digitales vayan a acabar con el cine tradicional, la productora Belén Bernuy aclara que es más una cuestión de origen. Normalmente estas plataformas suelen financiar las películas para que se estrenen lo antes posible en esas plataformas, pero eso no quiere decir que no lleguen al cine. Lo fundamental, que es la historia no cambia.
Para terminar, el actor Miguel Ángel Solá ha querido hacer una reflexión sobre los temas elegidos para las películas. ¿Por qué esos cantos constantes a la marginalidad como un hecho común? Las cárceles, la violencia… todo aquello que rebaja el espíritu humano. “Se pueden tratar también las realidades de lo cotidiano o la exultación del ser humano. Porque somos los únicos seres capaces de transformar lo que es en lo que podría ser”.