Llegó la hora de acción. La nueva era tecnológica, dominada por una inteligencia artificial que copa todos los aspectos de la vida (la salud, la comunicación, la defensa, el derecho o la seguridad) exige una llamada a la sensibilización para promover su uso responsable. El Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial OdiseIA nace con este fin, uniendo en sus filas a ingenieros, profesores, abogados, o expertos en seguridad y defensa.
La Fundación Pablo VI ha querido unirse a este proyecto en la figura de su Director General, Jesús Avezuela, que este martes participó en la jornada de presentación de las actividades y estrategia de OdiseIA para 2020 en la Universidad CEU San Pablo.
Es difícil poner frenos a algo que trasciende fronteras, como es el desarrollo y el uso de la tecnología, pero “el Estado no puede renunciar a regularla”, dijo en su intervención. Muy al contrario, su papel debe ser el de “dar seguridad jurídica para ponerla al servicio del individuo, actuando como faro en las manifestaciones que dentro de la sociedad se van materializando, así como en los avances tecnológicos y científicos que vivimos". Y en este camino, apuntó, “la ética debe ser un elemento vertebrador entre la tecnología, el Derecho y las personas”.
En el acto de presentación, que tuvo lugar en la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad CEU San Pablo, participaron también, entre otros expertos, Idoia Salazar, Presidenta y cofundadora del OdiseIA; Richard Benjamins, vicepresidente y Chief AI & Data Strategist de Telefónica; Ángel Gómez de Ágreda, experto en ciberdefensa y Nuria Oliver, doctora en Inteligencia Artificial por el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts).
En España solo una de las 35 empresas del Ibex habla en su informe anual de ética e inteligencia artificial. OdiseIA nació en septiembre de 2019, precisamente, como un observatorio independiente, objetivo y multidisciplinar para promover su utilización responsable y ética. A través de la investigación y el think tank quiere asesorar a empresas, organismos y universidades a trabajar por el buen uso de la tecnología y ser, además, altavoz de buenas prácticas.