La pandemia del COVID-19 ha acelerado el uso y el desarrollo de aplicaciones de big data para la detección y el diagnóstico de enfermedades. En los meses más duros de la pandemia, los sistemas de rastreo basados en el uso de los datos han permitido localizar no solo a posibles contactos, sino que han supuesto una herramienta fundamental para la investigación sobre la enfermedad y el desarrollo de medicamentos y vacunas.
Pero también han alimentado todo un debate ético y jurídico sobre los límites del uso de esos datos, la seguridad de su almacenamiento y gestión y el temor de que un nuevo modelo de asistencia e investigación médica vaya en detrimento de la relación médico paciente, imponiendo la técnica frente al cuidado de los que más lo necesitan. Álex Sánchez-Vivar, investigador en el Sistema Público de Inteligencia y Protección de la Salud en Escocia, ha detectado durante sus estudios en estos 3 años algunas carencias en esta aplicación del big data para el control de la pandemia, que pueden ser lecciones para el futuro. Entre ellas, la de evitar dejar fuera a los que tienen menos recursos y habilidades para beneficiarse del uso de estas tecnologías. Con él charlamos en este nuevo podcast de la serie “Huella Digital “¿Servidumbre o servicio?”