Reflexionar sobre la llamada inteligencia artificial, hablar de sus límites y sus riesgos implica también clarificar los términos. La filosofía y el pensamiento han escrito mucho sobre esto, sobre todo con el objetivo de desmitificar un concepto, que, mal usado e interpretado, puede acabar convirtiéndonos en siervos. Alfredo Marcos, catedrático de Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Valladolid y miembro del comité de expertos del Seminario “Huella Digital: ¿servidumbre o servicio?”, reflexiona en este podcast sobre la forma en la que estos desarrollos de la, en su opinión, mal llamada inteligencia artificial, están procediendo “de una forma contraria al bien común y a los llamados intereses generales de los ciudadanos”.
Hay una buena parte de estos sistemas que manejan datos privados y lo hacen en contra de nuestros intereses. Por eso, para el filósofo sería fundamental que las corporaciones que controlan esta tecnología fuesen muchas más en Occidente y que se rompiera el monopolio en China, “porque al estar el poder en tan pocas manos eso contribuye a que nos conviertan los sistemas de inteligencia artificial en súbditos”.