No podía haber mejor colofón al programa de Liderazgo de la Fundación Pablo VI y la Fundación Conexus Madrid-Comunidad Valenciana que una conferencia de Adela Cortina, catedrática de Ética de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación Étnor (Ética de los Negocios y las Organizaciones).
La filósofa valenciana ha puesto punto y final a un programa en el que, durante dos semanas, se ha hablado, principalmente, de valores, los que deben acompañar a un liderazgo puesto al servicio.
"En este mundo globalizado en el que los retos son globales se necesita una ética cosmopolita en la que los seres humanos tomen las decisiones, para generar una sociedad donde nadie quede excluido". "Es tiempo de alianzas y no de tribalismos", para trabajar en unos "mínimos de justicia”, como los que recogen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y de “crear lazos de encuentro” para un compromiso “ético, político, jurídico y religioso”.
La autora de “Ética cosmopolita”, apuesta por la “cordura” en unos tiempos, los de la pandemia, en los que se han hecho más patentes los conflictos entre comunidades autónomas por el mero hecho de que gobiernan partidos distintos. “Lamento enormemente que en la humanidad se armen todos estos conflictos por unas identidades políticas”. “Nacer en un sitio o en otro es solamente un contingente”.
Contraria a los que creen que en la era Google los conocimientos no son necesarios, Cortina reclama una educación en la “excelencia”, “porque no se construye una sociedad democrática con mediocres, sino con excelentes”. Y, especialmente en este momento, en el que dominan las emociones por encima de la razón convirtiendo a los ciudadanos en individuos fácilmente manipulables. “Movilizar la emoción es convertirnos en esclavos”, les dijo Cortina. “Tenemos que ser señores y no siervos”.
La filósofa, autora también de numerosas publicaciones sobre la ética en las organizaciones sociales y empresariales, considera que una empresa ética es aquella “que está al servicio del medio y largo plazo, no del corto”. Buscar beneficios a corto plazo lleva al lucro por encima del servicio y “la economía, la política, la academia, todo debe estar al servicio de los derechos de los seres humanos”.
Para terminar, les dejó una recomendación: la búsqueda de referentes “prudentes y significativos”, para consultar, también con ellos, el proyecto de felicidad que lleváis a cabo.
Y eso ha sido el objetivo de este programa que, en su segunda edición, ha trabajado sobre el ejemplo de liderazgo de numerosas personalidades, docentes e instituciones, en el ámbito de la sostenibilidad, la discapacidad, el desarrollo, la cultura, el emprendimiento, la tecnología y la inteligencia artificial, etc, invitando a construir para “la felicidad, para una sociedad justa y para la excelencia”, tal y como ha reivindicado el director general de la Fundación Pablo VI. Tanto Jesús Avezuela, como Pilar Caro, la directora de la Fundación Conexus les han pedido “continuar” creando red y “siendo portavoces de una sociedad mejor”.
Han sido dos semanas de aprendizaje, de intercambio y de un trabajo que ahora toca trasladar a los entornos vitales y laborales, conscientes de que la tarea de buscar esos mínimos de justicia es urgente y de todos.
Enhorabuena Verónica Ayora Estevan, Daniel Fons Sánchez, Andrea Castellar Montes, Guillem Ramon Roig, Sonsoles Vidal Bello, Vicente Pastor Palomares, Álvaro Pilato Pérez, Estefanía Pastor León, Mª Cristina Martínez-Tercero Molina y Javier Sanz Latorre.
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