La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, asegura que la negociación sobre la reforma laboral se ha centrado en el trabajo digno
Pepe Álvarez, secretario general de UGT, pide “cambios importantes” en el sistema educativo y “una revolución” en la Formación Profesional
El vicepresidente de la CEOE, Lorenzo Amor, critica aquellas plataformas que se han convertido en “competencia desleal” ahorrando gastos a costa de la seguridad social de sus trabajadores
El futuro de la economía y el trabajo ha centrado el primer encuentro de este II Congreso Iglesia y Sociedad Democrática. Con la intervención inicial de la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz, que ha recordado su firme defensa de un diálogo social que ha marcado el acuerdo de la reforma laboral, se ha abierto una conversación entre el vicepresidente de la CEOE, Lorenzo Amor; el secretario general de UGT, Pepe Álvarez; el obispo de Bilbao, Monseñor Joseba Segura y la moderación de Julián Quirós, director de ABC.
La ministra de Trabajo, que no ha podido acudir a la cita al encontrarse en Chile junto a su Majestad el Rey Felipe VI, ha citado al Papa Pablo VI para advertir de los riesgos de un orden económico que no ponga en el centro a la persona y genere grandes brechas entre ricos y pobres.
La formación, pilar de crecimiento
Tras esta intervención de la vicepresidenta, el diálogo se ha centrado en los retos formativos en un mundo que cambia a ritmo vertiginoso. Pepe Álvarez, secretario general de UGT, ha querido poner el foco en la Formación Profesional, “la gran asignatura pendiente” del sistema. Sus palabras han sido apoyadas por Lorenzo Amor, vicepresidente de la CEOE, que aseguraba “una mayor demanda de empleos relacionados con la FP que con los grados universitarios”. Ambos mostraban su interés en desarrollar la llamada formación dual, algo que, en palabras de Monseñor Segura, necesita de “una estructura de formación que implique a las empresas”.
El futuro del trabajo requiere una formación continua, explicaba Lorenzo Amor, que unía competitividad de trabajadores y empresas a las horas que se dedique a desarrollar las capacidades de los empleados en su propio puesto. Junto a todo esto, el obispo de Bilbao quiso poner sobre la mesa la necesidad de una educación especial que no se olvide de las humanidades a costa de la tecnificación.
El trabajo se transforma
El secretario general de UGT reconocía que vivimos un tiempo de “cambios radicales” que requiere una adaptación progresiva y que se tiene que ir dotando de derechos. Se ponía como ejemplo el teletrabajo, una herramienta que “ha mejorado la productividad y competitividad de muchas empresas”, según Lorenzo Amor, pero que también entraña algunos riesgos y peligros, como un “excesivo aislamiento” de las personas, comentaba Pepe Álvarez. Las nuevas realidades requerirán un nuevo sindicalismo “que vuelva a las plazas” y de una Iglesia que debe “cuidar a quienes se quedan fuera”, como recordaba Monseñor Segura.
Los Fondos Europeos Next Generation serán otro pilar de las transformaciones económicas y laborales. Ante las preguntas de varios intervinientes en el Congreso, Pepe Álvarez hablo de esta inyección como “una oportunidad” para acelerar el cambio tecnológico en España y situar el tejido empresarial en una posición privilegiada para competir. Lorenzo Amor, responsable de ATA, reconoció un sistema demasiado “burocratizado” que puede limitar los efectos de estos fondos, aunque reconoció su valor si consigue llegar a esas pequeñas y medianas empresas que sostienen buena parte de la economía española.
La persona en el centro de la economía
La conversación estuvo marcada por un mensaje común: la necesidad de situar a la persona en el centro de la economía y la búsqueda de un trabajo digno. Lo remarco la vicepresidenta Yolanda Díaz en su intervención y fue secundada por el resto de voces que formaron el diálogo. Pepe Álvarez reconocía que el Papa Francisco se ha convertido en esperanza para muchos porque “sabe explicarse”, pero ponía de manifiesto que la Doctrina Social de la Iglesia lleva siglos sosteniendo estas máximas. El Obispo de Bilbao completaba esta visión recordando que “el trabajo es esencial en la vida” y, por tanto, debe ser “fuente de una vida digna”.
Estos comentarios se aterrizaron a través de Lorenzo Amor, que ponía el ejemplo de algunas plataformas, otra de esas nuevas realidades laborales, que no pueden convertirse en una “competencia desleal” utilizando una mano de obra carente de muchos derechos y con condiciones que rozan esos límites de la precariedad.