La ministra de Educación, Pilar Alegría, apuesta por los “valores fundamentales” que permitan afrontar los dilemas de un futuro incierto en el que el conocimiento será la principal materia prima.
Alejandro Tiana, secretario de Estado de Educación, lamenta que se caricaturice la cultura del esfuerzo y no se entienda como la promoción de cada alumno “para que dé lo mejor de sí”.
La pedagoga Carmen Pellicer pide mayor cooperación entre pública y concertada y lamenta que la sucesión de leyes educativas provoque la desconexión y el escepticismo del profesorado.
El futuro de la educación se ha abordado en el II Congreso Iglesia y Sociedad Democrática con un diálogo entre la pedagoga Carmen Pellicer y el secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, moderado por Raquel Pérez, la directora del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura. Esta conversación ha estado precedida por un mensaje de la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, que ha querido poner de manifiesto la dificultad de “imaginar el porvenir cuando el presente nos sobrepasa”, pese a todo, apuesta por una educación que “cada vez será más importante” en una sociedad en la que “el conocimiento será la materia prima”. Ante este hecho, la ministra apuesta por un modelo en el que los recursos se destinen a adaptar el aprendizaje a las distintas necesidades y que afronte los grandes dilemas utilizando los “valores fundamentales.
Tras el saludo de Pilar Alegría, Alejandro Tiana y Carmen Pellicer se han mostrado de acuerdo en señalar que de la educación se dice que vive en “una crisis permanente”. En la actualidad a esta realidad hay que sumar una “aceleración de los tiempos” que obliga a actuar con mayor premura. El Secretario de Estado recordaba que “la pandemia nos ha obligado a reflexionar” y la pedagoga reconocía que la escuela “debe saber que papel quiere ocupar en la socialización de las nuevas generaciones”.
Un pacto difícil de alcanzar
Entrando en aspectos concretos del presente y el futuro de la educación, la conversación ha comenzado a girar en torno a la histórica demanda de un gran pacto que evite la sucesión de leyes educativas. Alejandro Tiana ha mostrado su pesimismo al respecto de alcanzar “un pacto absoluto”, pero si ha abierto la puerta a la necesidad de “fijar condiciones mínimas que debiéramos compartir y un espacio de libertad para crecer de una manera u otra”.
Carmen Pellicer ha reconocido que “comparte el pesimismo” del Secretario de Estado y ha criticado la “fuerte politización” de la Educación en España. La pedagoga señala que este campo se ha convertido en una “herramienta golosa” para los políticos y lamenta que los cambios continuos de legislación lleven al profesorado a desentenderse. Como ejemplo de éxito relativo, Pellicer ha valorado los acuerdos alcanzados para sacar adelante la reforma de la Formación Profesional.
El verdadero objetivo de la educación
La conversación también se ha centrado en aspectos concretos de la etapa formativa. Alejandro Tiana ha hecho referencia al debate sobre las asignaturas suspensas y la promoción de los alumnos asegurando que no es posible que nuestro sistema obligue a los menores a pasar diez años escolarizados para después decirles que eso no sirve. En ese sentido, ha lamentado que España sea uno de los pocos países que conserva un título, el de Educación Secundaria, “que abre y cierra puertas”. Por ese motivo, el Secretario de Estado de Educación apuesta por un sistema que ayude a todos los alumnos a alcanzar la meta, “a dar lo mejor de sí”. Carmen Pellicer ha ahondado en esta cuestión describiendo un modelo educativo que ha hecho “una mala utilización de la calificación escolar”. La pedagoga ha puesto un ejemplo muy claro al comentar que los niños llegan al colegio “deseando aprender” y terminan la Primaria “deseando aprobar”.
Ha habido un mayor intercambio de opiniones a la hora de comentar el reparto de recursos en las escuelas. Alejandro Tiana ha defendido un sistema de conciertos que funciona, pero dejando claro que “el derecho de elección de centro es relativo”. Carmen Pellicer ha lamentado que desde hace varios años se alimente “la crispación y el enfrentamiento entre realidades educativas” y se haga creer que solo es posible ayudar a un tipo de centros rebajando la atención a los otros. En su opinión es necesario fomentar experiencias donde profesores de la educación pública y la concertada trabajen juntos”.
La conversación ha finalizado con los profesores y su formación. Tiana ha asegurado que estamos ante el “inicio de un proceso” de cambio global: en el profesorado, las organizaciones, etc., y Pellicer ha pedido un sistema en el que se incentiven las buenas prácticas, pero que no tenga miedo a dejar fuera a quienes demuestren que no estén preparados para estar en el aula.