Si hay algo que caracteriza a la política actual y a las instituciones es su fragilidad. La sociedad líquida de la que hablaba Bauman tiene su correlación en una “política líquida”, que se hace patente en la inestabilidad de los poderes ejecutivos, un poder judicial permanentemente amenazado por intromisiones políticas y un poder legislativo ninguneado por el cada vez más habitual recurso a las consultas o los referéndum.
El catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Rubio, experto en lo que se ha venido a denominar “gobernanza líquida” hizo, en la octava sesión del programa de Liderazgo de la Fundación Pablo VI y la Fundación Conexus, un análisis sobre las causas y las consecuencias de este cambio en las lógicas de poder, la crisis de representatividad, de la intermediación y las ideologías.
Aunque siempre han existido los partidos y los movimientos populistas, en este momento, en muchos casos “el populismo prevalece sobre la democracia”. La crisis de la representación surgida del 15 M ha derivado en el surgimiento de nuevos partidos, que, en vez de profundizar en los cambios necesarios, han acabado copiando las lógicas de los partidos tradicionales en el momento en el que han tocado poder, lo que ha supuesto, en opinión de Rafael Rubio, un “fracaso”.
Y en esta lógica proliferan las formas de “poder blando” basado en la persuasión y la comunicación, con mucha fuerza en los lenguajes, pero poca fortaleza institucional.
Una sesión muy dinámica y llena de cuestiones, que fue seguida de otra fundamental, impartida por el director académico y coordinador del Observatorio de Bioética y Ciencia de la Fundación Pablo VI, José Ramón Amor Pan, sobre cuestiones como la bioética, el bioderecho y la biopolítica. En una sociedad que ha perdido la ética de la virtud, el también coordinador del curso defendió la necesidad de poner en valor la bioética no solo para iluminar las ciencias de la vida y la salud, sino también otras realidades humanas. Y hacerlo, desde el rigor, la investigación y el estudio, que dan las herramientas para una buena deliberación y argumentación. “La bioética es civil, plural, dialogante y va más allá del puro convencionalismo”, apuntó.
El reto de la ciberseguridad
La tarde estuvo dedicada a otro de los retos actuales, derivados de la digitalización de todos los sectores de la vida: el reto de la ciberseguridad. De la mano de José Rosell, socio director de S2 Grupo y patrono de Conexus, se pusieron sobre la mesa las múltiples amenazas a la seguridad y privacidad personal e institucional que supone la interacción en el mundo digital y las formas de prevenirlo y paliarlo.
Cifrar los mensajes cuando se suben a las nubes públicas, hacer copias de seguridad, cambiar las contraseñas, cuidar los accesos y los terminales, etc… son pequeñas recomendaciones para evitar ataques en el entorno cotidiano. Pero, en el ámbito empresarial, institucional y global, la ciberseguridad requiere profesionalización y un trabajo de defensa como si de una guerra se tratase.