Las mujeres mayores de 60 años, que sufren violencia de género, necesitan mucho tiempo para recuperarse porque normalmente llevan 40 o 50 años soportando agresiones de todo tipo. A veces, les resulta incluso difícil detectar esa violencia, la viven resignadas, como algo que “les ha tocado” y tardan años en ponerle nombre. Otras veces, la razón por la que guardan silencio es porque les da vergüenza sincerarse con sus hijos, sus hermanos o su familia más cercana. Esta es la situación habitual en estos casos descrita por las tres responsables de la Fundación Luz Casanova, Julia Almansa, Nerea Barrón y Elena Valverde, que participaron en el foro sobre Mujer mayor y violencia de Género, organizado junto a la Fundación Pablo VI.
Durante el encuentro, se reflexionó sobre lo difícil que es sacarlas de un agujero que, con el paso de los años, se ha vuelto demasiado profundo. Su recuperación pasa por “un proceso muy duro en el que se enfrentan a reconocer que su vida ha tenido un punto de fracaso, o ellas lo viven así”, explicaba Julia Almansa, responsable de Relaciones Institucionales de la Fundación Luz Casanova. “Cuando encuentran espacios seguros donde saben que no se les va a juzgar, ni revictimizar, empiezan a tener la sensación de que alguien entiende lo que están diciendo”, añadió. Es entonces, con esa sensación de seguridad, cuando comienzan a salir poco a poco de la violencia. La Fundación Luz Casanova acompaña a estas mujeres en su recuperación y les ayuda a salir de la “soledad a la que están sometidas” por sus maridos o parejas para recuperar una vida con amigos y familiares, que había dejado de existir porque “lo primero que hace el agresor es aislar a la víctima”.
Julia Almansa, Responsable de Relaciones Institucionales de la Fundación Luz Casanova
Pero la mujer mayor de 60 años que sufre violencia de género no sólo tiene que romper sus propias barreras para salir de ella. Existen otros muros externos difíciles de superar como la discriminación de las personas mayores. “El edadismo está muy presente en la sociedad, se menosprecia a los mayores y las mujeres se creen que no sirven y piensan, pues para que voy a cambiar a esta edad”, explicaba Nerea Barrón, trabajadora social de la Fundación Luz Casanova.
La escasez de recursos es otra de las barreras con las que se encuentran. “No hay recursos suficientes para personas mayores, sólo existe un recurso de vivienda permanente en Madrid” denunciaba Elena Valverde, responsable de Proyectos de Igualdad de la Fundación Luz Casanova.
A pesar de todo, el mensaje es de esperanza. “Las mujeres mayores que logran salir de la violencia consiguen terminar su vida de una manera digna. Han retomado la relación con sus hijos, se han divorciado, tienen una vida tranquila y pueden disfrutarla”, asegura Valverde.
El foro sobre mujer y violencia de género, presentado por Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI y moderado por Sandra Várez, directora de Comunicación de la Fundación Pablo VI, quiso también analizar las razones por las que la violencia de género parece repuntar en los últimos tiempos.
La sociedad está muy polarizada y eso no ayuda, explicaban las tres responsables de la Fundación Luz Casanova. “Cuando vamos a los institutos, nos encontramos con aulas en las que hay mucha confrontación entre chicos y chicas que niegan la violencia de género y otros, que saben que existe y que incluso la han sufrido”, explicaba Elena. “Hay que entrarles hablando de relaciones afectivo-sexuales sanas y luego ya se van soltando e incluso algunos se te acercan cuando termina la charla y te dicen que creen que están haciéndolo mal con su novia y que qué pueden hacer”, añadía.
Nerea Barrón, trabajadora social de la Fundación Luz Casanova y Elena Villaverde
Para la Fundación Luz Casanova se trata de un retroceso “peligroso” en la percepción de la violencia que se debe atajar con medidas para los adolescentes y jóvenes varones. “Todo el trabajo se hace con las víctimas y no con los agresores”, denunciaba Valverde. “Hay que educar a los adolescentes varones para evitar las situaciones de violencia y si ya la ejercen, que conozcan otras formas de relacionarse”.
Para la Fundación Luz Casanova, la formación es un pilar imprescindible, y no sólo en la adolescencia pues el machismo “cada vez es más sutil y difícil de detectar”. Según Nerea Barrón, “La formación es imprescindible. Un médico formado en violencia de género detecta tres casos más que uno que no la tiene”.
El foro Atrévete a mirar: Mujer mayor y Violencia de género se enmarca en la semana de sensibilización de la violencia contra la mujer. La Fundación Pablo VI expone también la muestra “Mírame, soy visible” sobre la misma problemática en el edificio León XIII hasta el 20 de diciembre.