12/05/2025
Presentación del libro “Teología de la movilidad humana de la hospitalidad al derecho a no tener que emigrar”

El Colegio Mayor Pío XII concede la beca de colegial de honor al Cardenal Juan José Omella, hasta ahora patrono de la Fundación Pablo VI
Este jueves, 3 de abril, hemos celebrado la clausura del curso 2024-25 en nuestro querido Colegio Mayor Pío XII. Un año extraordinario donde nuestros jóvenes universitarios han demostrado, una vez más, con su estudio, compromiso y participación, que su paso por este lugar es mucho más que aquella etapa donde viven algunos de los mejores años de su vida. Es también una oportunidad para forjarse como líderes en el ámbito profesional y personal, dispuestos a trabajar por el bien común.
Más de 130 jóvenes han vivido este año la realidad de lo que supone ser colegial: “cabeza, corazón y manos”, como lo calificó el becado de honor de este curso, el Cardenal Juan José Omella, al que se entregó la distinción colegial por sus más de 20 años como miembro del patronato de la Fundación Pablo VI, la institución que gestiona el centro desde los años 60.
Colegiales, padres y familias; instituciones académicas, como la vicerrectora de Estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid, Rosa María de la Fuente; directores de otros colegios mayores de Madrid, como el CMU Berrospe, el CMU Alcalá, el CMU Roncalli, el CMU Vedruna, entre otros muchos; autoridades de la Fundación Pablo VI, como el director y el subdirector general, Jesús Avezuela y Fernando Fuentes; trabajadores y amigos de los colegiales asistieron a un acto, uno de los más emotivos del año, en el que se hace balance, se entregan las becas a los colegiales de la promoción que cumple su tercer año en el Colegio y se reconoce a aquellos que han destacado, de alguna manera, en cualquiera de las áreas de actividad que se desarrolla en el Pío: deporte, teatro, debate, solidaridad, conferencias, etc…
Este año los discursos han girado en torno a la gratuidad y la generosidad de entregarse a los demás hasta el punto de hacer posible “el milagro” de dar esperanza, consuelo e, incluso, salud en aquellos contextos donde hay más dificultades (las personas que viven en la calle, los que necesitan de apoyos en situaciones de vulnerabilidad o discapacidad, las personas solas y enfermas). Y eso es lo que han tratado de hacer los colegiales a través sus actividades de voluntariado a lo largo de este curso: no solamente quedarse en el desarrollo intelectual, sino hacer más grande el corazón y darse. En un emocionado discurso, abrumado por las muestras de cariño y homenaje, el cardenal Juan José Omella recordó, en este sentido, lo que el fundador del Colegio Mayor Universitario Pío XII, Cardenal Herrera Oria, quería para esta institución académica: que fuera un lugar donde se formaran hombres dispuestos a “trabajar por el bien común y no por el interés personal”. Y esto, les explicó, se consigue con la perfecta combinación de “intelectualidad, amor y obras”.
Un cierre de curso cargado de emoción, gratitud y esperanza, que deja huella en la comunidad del Colegio Mayor Universitario Pío XII.