16/06/2025
Presentación de libro
Cosas que he aprendido de gente interesante. Filosofía, política y religión
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Un programa de liderazgo que busca responder a los grandes retos poniendo a la persona en el centro
En un mundo acelerado, donde el desarrollo tecnológico avanza de manera vertiginosa, y el cortoplacismo ciega la posibilidad de mirar y analizar con calma los grandes asuntos, es necesario parar y buscar en conjunto soluciones y propuestas que no olviden la centralidad del individuo. Para ello, se echan en falta y se reclaman, en muchos contextos, líderes con formación y con propósito para llevar a cabo iniciativas en esta línea, en el campo de la economía, la ciencia, la política y el desarrollo científico y tecnológico. Con este objetivo nace el programa de liderazgo de la Fundación Pablo VI y la Fundación Conexus Madrid-Comunidad Valenciana.
Este lunes, 16 de junio, ha arrancado la VI edición. Los 10 jóvenes participantes han asistido a la sesión inaugural, con la bienvenida de José Ramón Amor Pan, director académico de la Fundación Pablo VI; Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI; y Enrique Sánchez de León, director de la Fundación Conexus Madrid-Comunidad Valenciana.
“El liderazgo no se improvisa, exige sufrimiento y tiempo para conocerse a uno mismo. Quizá esto último sea lo más complicado”, reflexionaba este último durante su intervención. Enrique Sánchez de León de la Fundación Conexus compartía con los jóvenes diez consejos necesarios para un liderazgo humanista:
- Ética y estética es una misma cosa. Es decir, la forma de hacer las cosas tiene a menudo igual valor que el resultado.
- Un líder no puede ser transparente todo el rato. A veces, hay que crearse una máscara para pasar por situaciones inevitables
- Reconoced siempre el trabajo de los demás. El principio más profundo de la naturaleza humana es el deseo de reconocimiento.
- Vais a sentir miedo. Al fracaso, a ser un impostor, a no saber motivar a los empleados, a descuidar vuestra vida personal…afrontarlos y que no os paralicen.
- Trabaja el networking. Si estáis encerrados en tu torre de marfil, no estaréis abiertos al mundo.
- Cuidad vuestra oratoria como cuidáis vuestra reputación.
- Resucitad y poned en valor el sentido del honor.
- Renovar sin cesar vuestra legítima ambición. Buscad retos nuevos si veis que os estancáis.
- No tenéis derecho al pesimismo. Lo tenéis todo.
- Distinguid a los imbéciles de los estúpidos.
Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI, recordó, por su parte, el modelo de liderazgo que promovía el Cardenal Herrera Oria, fundador de la institución, que anhelaba construir un mundo mejor gracias a la formación de jóvenes líderes comprometidos con la transformación de sus entornos. También les dio a conocer la labor que realiza la Fundación Pablo VI en los ámbitos de la formación y el pensamiento. Por último, señaló los cuatro pilares del programa que inicia esta nueva edición: vocación, fin fundamental, liderazgo y cultura del encuentro.
María Lladró: valores puestos en práctica
María Lladró, empresaria y economista, fue la encargada de impartir la primera ponencia. Su discurso apuntó a la necesidad de convertir los valores en acciones. “Todo comportamiento viene motivado por unas creencias y unos valores que no se ven, pero son los que mueven a cada líder”, aseguró.
En cada empresa hay una parte tangible que se nutre de aspectos como la planificación, la razón, la estructura o la lógica; y otra que no se ve, formada por las emociones, los hábitos, las actitudes. “Esta segunda es, sin duda, apuntó la economista valenciana, la más importante, porque va a condicionar la primera”.
También habló de las distintas formas de aprendizaje: la horizontal, en el que se cultivan distintos conocimientos a través de formación; y el vertical, en el que una persona evoluciona o cambia su visión del mundo. Este último aprendizaje, dice, se da a través del aumento de los niveles de conciencia. María Lladró explicó la clasificación de los siete niveles de conciencia del líder británico Richard Barret. En cada uno de estos niveles se sitúan distintos valores. Los tres primeros comprenderían valores centrados en nosotros mismos, como la lealtad, el éxito, el logro etc…El cuarto valor supondría la transformación personal por la cual se accede a los escalones superiores. Del quinto al séptimo nivel se sitúan los valores del bien común y donde se trabaja como un equipo: creatividad, confianza, la conciencia medio ambiental, la humildad, la ética o la visión a largo plazo. María Lladró explicó que un aprendizaje vertical da la oportunidad de comprender otras realidades que no son la puramente empresarial y de obrar de una forma más acorde con valores humanistas.
La importancia de la fortaleza institucional
La sesión de la tarde estuvo impartida por Segismundo Álvarez, notario y presidente de la Fundación Hay Derecho. Su disertación fue orientada a explicar la importancia de cuidar y proteger las instituciones que son la base del Estado de derecho, especialmente en un momento de banalización de la política y de intentos de intromisión del poder ejecutivo en el resto de los poderes. Y, cuando esto se deteriora, dijo, desciende drásticamente la calidad de la democracia.
La Fundación Hay Derecho elabora cada año un informe sobre la situación del Estado de derecho en España. En el último, publicado en el año 2024, pone de manifiesto los grandes problemas estructurales que se dan en nuestro país, como son la creciente irrelevancia del Parlamento y la degradación del proceso legislativo; la politización en los nombramientos de la cúpula judicial y fiscal o la degradación de los contrapesos institucionales como consecuencia de la politización de los órganos de control y garantía. También alerta sobre la «creciente polarización política» de las instituciones judiciales y no judiciales o el abuso de gobernar con decretos leyes.
Este informe proporciona datos objetivos para evaluar la situación del Estado de derecho en España y promover un debate público riguroso y apartidista.