Son foros públicos de acción, difusión y promoción de una visión humanista de la persona, la familia, el trabajo, la economía, la sociedad, la política, la vida internacional o el medio ambiente. Promueven la escucha, el debate, el respeto y la tolerancia. Abordan temas urgentes y complejos desde la cultura del encuentro. Son los Centros Culturales Católicos (CCC), incluidos dentro de una Red de Centros dependientes del Pontificio Consejo por la Cultura, con extensión hasta en una decena de países de todo el mundo.
La Fundación Pablo VI ha sido invitada a incorporarse a esta Red de CCC por su esfuerzo y compromiso con el diálogo en los diferentes campos de la cultura, la religión, la política, la economía o la sociedad, junto con otros 3 centros en nuestro país: la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán, en Madrid; el Centro Pignatelli, en Zaragoza; y la Fundació Joan Maragall, en Barcelona.
Fuera de España se encuentran universidades tan prestigiosas como la Georgetown, en Washington, el centro de bioética Anscombe, en Reino Unido, el Colegio de los Bernardinos en París, el Centro San Domenico, en Bolonia; la Asociación Cultural Croata “Napredak” en Sarajevo o el Sheen Center para el Pensamiento y la Cultura, en Nueva York. Todos ellos con realidades muy diversas, caracterizadas por múltiples actividades e intereses, pero con denominadores comunes: poner la fe cristiana en relación con las culturas de nuestro tiempo y con todos los fenómenos vinculados a ellas. Una relación que se desarrolla a través del diálogo, la investigación científica, las bellas artes, la formación, o la promoción de una cultura inspirada, fecundada, vivificada y dinamizada por la fe.
Para fortalecer esta labor emprendida con los CCC, el Consejo Pontifico de la Cultura ha creado una Red Internacional de Centros Culturales Católicos (RICCC), que permita el encuentro y el contacto directo del Consejo Pontificio con los Centros, y entre ellos a la vez, y para que se vuelvan promotores de iniciativas comunes en su propia área.