En agosto de 2017 se ponía en marcha este Observatorio con el propósito declarado de generar un espacio de reflexión, de diálogo y de encuentro en torno a los grandes asuntos que estudia la Bioética.
El objetivo era -y sigue siendo- colaborar en la construcción de una convivencia civil verdaderamente digna del ser humano, integrando la Bioética, tal y como fue la intuición seminal de Potter, en la perspectiva de un desarrollo humano integral.
Nuestra propuesta es la de una Bioética global, afectiva y efectiva que intenta responder a la siguiente pregunta: ¿De qué recursos intelectuales, morales y políticos disponemos para redirigir nuestro propósito hacia una vida buena para todos? Teniendo en cuenta, además, que no podemos pensar la Bioética sin partir del drama de la injusticia, de las tremendas desigualdades y discriminaciones que laceran nuestro mundo.
“Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos”, escribe el papa Francisco en el núm. 8 de la encíclica Fratelli tutti. Cultivemos una Bioética cordial, que se enraíce en el reconocimiento de nuestra común vulnerabilidad e interdependencia, en la fraternidad y en el compromiso activo con la vida. Despertemos el sentido ético y contemplativo que todos llevamos en nuestro interior.