La Fundación Pablo VI, junto al Departamento de Ecología Integral de la CEE, es una de las instituciones promotoras de este seminario porque la Fundación tiene entre sus principales áreas de trabajo, formación y reflexión, la ecología integral.
En otros foros que hemos organizado (uno de ellos sobre el invierno demográfico) se ha puesto de relieve que aspectos como la baja natalidad están directamente relacionados con la despoblación de determinadas zonas de España, que provocan eso que se ha dado en llamar la “España vaciada”.
Pero no solamente. Hay otros muchos factores que influyen en la decisión de abandonar los pueblos y marchar a las ciudades (servicios, buenas comunicaciones, especialmente conexión digital, etc). Y, además, emerge un elemento cultural o psicológico que considera que vivir en el pueblo es sinónimo de menos oportunidades o, incluso más aún, de menos éxito profesional o personal. Por eso, es importante no sólo dotar de servicios y, en suma, de una buena política de inversiones, sino también de eso que ahora viene en denominarse el relato: para combatir la despoblación hay que hablar y poner el foco en el mundo rural, hay que ponerlo en valor y decir que allí también hay oportunidades y que se pueden hacer grandes proyectos.
Abandonar la España rural tiene un enorme impacto medioambiental, cultural, económico, social, biológico, etc. ¿Cómo proteger sectores económicos como la agricultura y ganadería intrínsecos a la España rural? ¿Cómo incentivar allí otros sectores productivos?
En un reciente informe de Greenpeace, publicado hace unas semanas, se decía que los municipios rurales contribuyen hasta 34 veces más que los urbanos a mitigar las consecuencias del cambio climático y 20 veces más a mantener la biodiversidad. Al margen de la frialdad del número, que puede interpretarse de muchos modos, lo que resulta indudable es que el mundo rural, con sus retos económicos, sociales y culturales; con su lucha contra la despoblación; con su apuesta por la sostenibilidad vital y ambiental; con su estilo de vida y el cuidado de los valores y las tradiciones, es piedra angular para atender a una ecología integral a la que también se refiere el Papa Francisco en su Encíclica Laudato Si’.
La cuestión ecológica no sólo tiene una dimensión estrictamente medioambiental, sino que tiene directas consecuencias sociales, económicas, distributivas y políticas. Este verano, como otros varios en los últimos años, hemos presenciado el trágico aumento de los migrantes que huyen de una pobreza acrecentada por la degradación ambiental. Por eso la cuestión ecológica constituye -y así lo entiende la Fundación Pablo VI- uno de los principales desafíos para la humanidad.
Este seminario es una nueva ocasión para reflexionar y trabajar aspectos no solo de diagnóstico, como los económicos, sociales y culturales de la España rural, sino también de tratamiento como el análisis de oportunidades y posibles nuevos escenarios.
Agradezco al principal impulsor de esta iniciativa, Fernando Fuentes, el diseño y organización de este seminario y a las dos instituciones que lo promueven, la Fundación Pablo VI y la CEE.
Jesús Avezuela Cárcel,
Director General de la Fundación Pablo VI