El pasado 28 de septiembre tuve el inmenso honor de ser recibido por el Papa Francisco en una audiencia privada. Junto con el presidente de la Fundación Pablo VI, Mons. Gines García Beltrán, acudimos a la emocionante cita con todo el equipo directivo de esta institución.

Tras mostrarle nuestros trabajos y proyectos a través de una edición especial de la Memoria del último curso y presentarle nuestras actividades futuras, el Papa nos manifestó que la Fundación hace un trabajo muy serio -“incluso más del que imaginaba”- en un momento en el que tanto la sociedad como la propia Iglesia necesita respuestas en los campos y en las líneas de actuación sobre las que estuvimos conversando, como la inteligencia artificial, la transformación del trabajo, la bioética o la promoción de un liderazgo humanista.  

El Papa reaccionó también con entusiasmo al ver que el equipo de dirección de la Fundación estaba integrado por mujeres que desempeñan puestos de gran responsabilidad, como la dirección de los departamentos de infraestructuras, de comunicación, de administración y financiación y la dirección de las tres residencias de postgraduados Pío XII, San Alberto Magno y León XIII.

Uno de los pilares fundamentales de la conversación giró en torno a la figura de Pablo VI y la actualidad de su mensaje. El papa Francisco nos felicitó por ser una institución de referencia en la generación de pensamiento sobre materias de vanguardia y de gran calado para nuestra sociedad y nos alentó a tener la mirada atenta para descubrir los ‘signos de los tiempos’ que, en palabras de Montini, nos ayudan a interpretar la historia contemporánea.

Tal interpretación no puede reducirse a una descripción calamitosa o apocalíptica de los acontecimientos, sino que debe llevar implícita una visión positiva del mundo. Ello implica dialogar en el sentido más amplio del término y entender lo que está ocurriendo en cada momento, lo que, a su vez, supone un discernimiento colectivo y responsable, y sobre todo, tener capacidad de arriesgarse. La sociedad necesita instituciones dispuestas a descifrar y reflexionar con profundidad sobre los grandes desafíos de la civilización actual y entender los cambios de toda índole que se están produciendo. Y esa tarea conlleva, decididamente, asumir riesgos. Así de claro nos lo expuso el Papa Francisco en nuestra inolvidable audiencia privada: ‘la levadura no mira las harinas con las que se mezcla; sigan arriesgando’.

 

Jesús Avezuela
Director general de la Fundación Pablo VI

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