El pasado 13 de septiembre tuvo lugar en Barcelona el seminario Comités de Ética y consultores clínicos, organizado por la Fundación Víctor Grífols i Lucas. El encuentro contó con la participación de ponentes internacionales y representantes de comités de ética de distintos centros sanitarios así como de otros profesionales que pudieron contrastar los dos modelos de consultoría ética existentes.
Pablo Hernando, miembro del CEA de la Corporación Sanitària Parc Taulí, presentó la ponencia “Los CEAS en España: de dónde venimos y hacia dónde vamos”. Los Comités de Ética Asistencial (CEA) se empezaron a implementar en España a partir de los años 90, impulsados por los profesionales asistenciales que encontraron el respaldo adecuado en las autoridades sanitarias, responsables de su regulación y acreditación. En USA, fueron juristas y políticos quienes aconsejaron su creación a fínales de los 70 y principios de los 80, pero ya desde el primer momento algunas instituciones sanitarias optaron por la figura del consultor en bioética, constituyéndose en 1987 la Society for Bioethics Consultation.
Tras exponer el estado actual de los comités en España, Joseph J. Fins, médico del New York Presbiterian Hospital y Juan Pablo Beca, profesor de la facultad de Medicina de la Clínica Alemana, dedicaron sus ponencias a contrastar los distintos modelos existentes de consultoría clínica y a exponer las propias experiencias en sus respectivos países. Tradicionalmente los impulsores del modelo de consulta lo perciben como más próximo y similar al proceso de decisión clínica. El consultor no deja de ser un especialista más cuya función es ayudar en la toma de decisiones cuando los problemas son de índole moral.
En ocasiones, consideran a los CEA como órganos burocráticos, no siempre accesibles, y ajenos a los servicios y unidades asistenciales en las que se deciden las cuestiones clínicas relevantes. Por otra parte, para quienes conciben la bioética como un diálogo interdisciplinar, la figura del consultor plantea cuestiones tan relevantes como son su perfil académico y su formación y otras relativas a su autonomía respecto a la institución que le contrata, situación que también afecta a los CEA. Ambos expertos, Fins y Beca, destacaron la necesidad de acreditar la figura del consultor.
También coincidieron en que ambos modelos no son excluyentes, sino todo lo contrario: son complementarios y precisan convivencia. Ejemplo de ello es la gestión de consultas éticas que realizan en el New York Prebiterian Hospital y la Clínica Alemana de Santiago de Chile donde, pese a las diferencias organizativas de ambos centros, la figura del consultor se ha convertido en imprescindible. Agiliza la gestión de las consultas y deriva al comité la discusión de los casos más complejos. Joseph Fins escribió recientemente un artículo en Médicos y Pacientes en el que explicaba el modelo que siguen en el New York Presbiterian Hospital[1].
Tras las aportaciones de Fins y Beca, el seminario prosiguió con profesionales de nuestro entorno que aportaron la experiencia en los centros sanitarios. Participó Benjamín Herreros, director del Instituto Ética Clínica Francisco Vallés; Màrius Morlans, vicepresidente del Comité de Bioética de Cataluña; Eduard Prats, exdirector de docencia y bioética del grupo Sagessa y Begoña Román, presidenta del Comité de Servicios Sociales de Cataluña.
Sin duda el seminario permitió abordar un gran número de cuestiones referentes a los modelos de consultoría en ética clínica y compartir experiencias para poder enriquecer la resolución de las consultas éticas en los entornos sanitarios y asistenciales.
La Fundación Víctor Grífols i Lucas editará próximamente una monografía con las aportaciones de todos los ponentes dentro de su colección editorial Cuadernos de la Fundació Víctor Grífols i Lucas. Estará disponible para descarga en pdf y podrán solicitarse ejemplares impresos.