El 11 de febrero de 2013 Benedicto XVI sorprendía al mundo con el anuncio de su renuncia al Pontificado. Una decisión que parecía inédita, con apenas referentes en la historia de la Iglesia, desde que Celestino V decidiera abandonar en 1294.
Sin embargo, una carta de Pablo VI, inédita hasta ahora, que publica L'Osservatore Romano, pone de manifiesto que el Papa Montini había dejado escrito su deseo de renunciar al Pontificado en caso de enfermedad incurable o de otro “grave y prolongado impedimento”. Con fecha del 2 de mayo de 1965, dos años después de su elección como Papa, la misiva estaba dirigida a su Secretario de Estado y en ella expresaba su deseo de renunciar por cualquier enfermedad de larga duración o incurable que “me impida ejercitar las funciones del ministerio apostólico”. En estos casos, dice la carta, debía hacerse efectiva su renuncia “como obispo de Roma y como jefe de la misma santa Iglesia católica”, aunque dejaba en manos de los cardenales de la Curia "la facultad de aceptar y operar” su dimisión.
El Papa Francisco ha leído “con estupor” este documento que ha califica como testimonio “humilde y profético” de amor a Cristo y a su Iglesia y “una prueba más de santidad” de Pablo VI, que será canonizado a finales de año.
La carta se ha divulgado con motivo de la presentación del libro “La barca di Paolo”, de Monseñor Leonardo Sapienza, que aborda la figura del papa Montini, encargado de culminar el Concilio Vaticano II impulsado por su predecesor Juan XXIII.