14/01/2025
Foro de Encuentros Interdisciplinares con la presencia de Paolo Benanti.
El escándalo del laboratorio Vivotecnia
La investigación publicada el día 9 por la organización Cruelty Free Internacional revela lo que parece una práctica reiterada de actos de violencia gratuita y extrema crueldad con los animales con los que se realizan los experimentos (monos, perros, cerdos, conejos, ratas y ratones) por parte de empleados de este laboratorio.
La empresa alemana, cuya sede en España se encuentra en Tres Cantos (Madrid), realiza análisis de seguridad y toxicidad de fármacos y de productos sanitarios, biocidas y de las industrias cosmética, química y agroquímica. Presta también sus servicios a centros de investigación.
Dos días después de publicarse el vídeo, la Comunidad de Madrid suspendió la actividad investigadora de este laboratorio. La Fiscalía ha iniciado una investigación y la comunidad científica se ha apresurado a condenar este caso: puede verse, entre otros pronunciamientos, el comunicado emitido por la Confederación de Sociedades Científicas de España[1].
El genetista Lluís Montoliu, que trabaja en Madrid en el Centro Nacional de Biotecnología y es presidente del Comité de Ética del CSIC, manifestaba en una entrevista en El País[2]: “Llevo más de 30 años trabajando en experimentación con animales y no he podido acabar de verlo [se refiere al video]”.
Precisamente unos días antes, con ocasión de presentar un dossier sobre «Experimentación animal», el mismo Montoliu afirmaba en la revista de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular: “Investigar con animales es un privilegio y solo debe realizarse cuando no haya otra alternativa disponible, en centros autorizados, por personal formado con los conocimientos necesarios y, solamente tras haber sido validado por un comité de ética de la experimentación animal local, evaluado favorablemente por un órgano habilitado independientes y tras haber obtenido la correspondiente autorización preceptiva de la autoridad competente”[3].
Desde el Observatorio de Bioética y Ciencia de la Fundación Pablo VI nos sumamos a la condena de estas prácticas, solicitamos de las autoridades públicas que se esclarezcan cuanto antes estos hechos y nos solidarizamos con los investigadores que realizan su trabajo con rigor, prudencia y empatía hacia los animales que todavía hoy tienen que seguir siendo utilizados en la investigación biomédica: me consta que los investigadores que habitualmente utilizan animales en sus proyectos serán los primeros en dejar de usarlos tan pronto como sea posible.
José Ramón Amor Pan
Coordinador de Observatorio de Bioética y Ciencia