Sobre la propuesta de editar múltiples genes de forma heredable en embriones humanos
La revista Nature ha cruzado, en mi humilde opinión, una línea roja, al publicar en el último número un artículo sobre la posibilidad de editar con las herramientas CRISPR múltiples genes de forma heredable en embriones humanos.
El trabajo es enteramente especulativo, sin evidencias científicas (mejor dicho, con multitud de evidencias contrarias a lo que se propone). Se trata de un ejercicio teórico, basado en modelos matemáticos, sin validación experimental y, por ello, parece una propuesta realizada de forma totalmente irresponsable. El trabajo publicado, dirigido por el filósofo y bioeticista Julian Savulescu, especula con la posibilidad de editar el genoma en embriones humanos, no en una posición, sino en múltiples localizaciones, escogiendo para cada gen determinadas variantes genéticas asociadas a características aparentemente beneficiosas, protectoras frente a enfermedades, con el objeto de mejorar los seres humanos, no para curarlos.
El supuesto objetivo sería generar personas más sanas, longevas y menos propensas a desarrollar enfermedades. Los autores no desconocen el despropósito que supuso el anterior intento conocido de editar el genoma de embriones humanos con las herramientas CRISPR, acometido irresponsablemente por el científico chino He Jiankui, y hecho público en noviembre de 2018, que acabó con el nacimiento de tres niñas con su genoma erróneamente editado y con múltiples alteraciones no deseadas, que las obligarán a mantener una supervisión médica de por vida. Y a pesar de ello anticipan, sin ninguna base para hacerlo, que en tres décadas desaparecerán todos los problemas que actualmente conocemos asociados a la edición genética en embriones.
Este polémico trabajo es un ejercicio teórico matemático que falla por todos los lados y que da a entender, erróneamente, que la edición genómica con las herramientas CRISPR es mucho más segura, certera y reproducible de lo que sabemos hoy en día que es, y de lo que probablemente va a ser durante mucho tiempo, para este tipo de modificaciones que requieren precisión y reproducibilidad. La mayoría de las estrategias terapéuticas actuales que usan las herramientas CRISPR no intentan corregir ni modificar genes, sino inactivarlos, destruirlos, algo muy diferente para lo que no se requiere tanta precisión. Y además no tiene en cuenta que la genética solamente es una parte de la ecuación. El estilo de vida, la dieta, las interacciones, etc. en definitiva, la epigenética, es la otra parte igualmente importante, dejando de lado el componente medioambiental.
No tiene tampoco en cuenta las múltiples interacciones que hay entre todas las variantes génicas, ni el comportamiento individual que pueden tener tales variantes genéticas en diferentes personas, con diferentes genomas. Un despropósito descomunal, éticamente cuestionable y científicamente inabordable, que puede generar desconfianza y descrédito de la comunidad científica, del que solo se intuye interés en provocar y generar polémica. Es incomprensible cómo la revista Nature ha permitido su publicación. El editorial que lo acompaña es parcialmente positivo, seguramente para justificar la torpeza cometida publicando este artículo.
Como siempre recordaba Javier Gafo, la buena ética empieza con los buenos datos, con la buena ciencia. No tiene ningún sentido teorizar sobre los aspectos éticos de una supuesta innovación si no están basados en ciencia sólida, en evidencias científicas, que no las hay para todo este desbarajuste genético que propone.
En el mismo número de la revista se publica un comentario adicional, abiertamente crítico, que descalifica el trabajo de forma contundente, rechazando de plano esta propuesta. Desde la asociación científica ARRIGE (Asociación para la Investigación Responsable e Innovación en Edición Genética), desde la que promovemos un uso responsable de las técnicas de edición genética, acabamos de publicar un comunicado con la opinión de la junta directiva de esta sociedad rechazando también, por irresponsable, esta propuesta de edición genética múltiple del genoma humano.
Dr. Lluís Montoliu
CNB-CSIC, CIBERER-ISCIII
Madrid (España)