14/01/2025
Foro de Encuentros Interdisciplinares con la presencia de Paolo Benanti.
Una asistencia más humanizada para los enfermos de cáncer
4 DE FEBRERO, DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER
Humanizar la asistencia oncológica es uno de los grandes retos de esta especialidad médica en el siglo XXI. Los médicos deben tener en cuenta los valores, creencias y situación personal de los pacientes con cáncer para mejorar la atención que les prestan y conseguir así un manejo más integral de la enfermedad.
En una encuesta realizada en 2017 por la Sociedad Española de Oncología Médica, un 89 por ciento de los profesionales reconoció no tener formación específica en cuestiones de Bioética en Oncología, ni tener herramientas para abordar los problemas éticos que surgen en la práctica diaria de la profesión.
“El 30 por ciento de los problemas que tiene un médico en su práctica clínica habitual no son técnicos, sino éticos”, asegura Francisco Barón, Facultativo Especialista de Área de Oncología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña. “Y sin embargo, la formación que recibimos es fundamentalmente técnica. La ética y el humanismo se consideran una pérdida de tiempo, competencias `blandas´ frente a la visión mecanicista de la enfermedad”.
Francisco Javier Barón Duarte, Doctor en Medicina y Máster en Bioética, es profesor del Curso de Bioética y Oncología que ha puesto en marcha este año la Fundación Pablo VI, con el que se trata de dar a los oncólogos las herramientas para una atención más humanizada. El curso está coordinado por José Ramón Amor Pan, Doctor en Teología Moral y formado por un panel de profesionales de la Medicina, la Psicología o la Bioética, como Lydia Feito Grande, Presidenta de la Asociación de Bióetica Fundamental y Clínica; Blanca López-Ibor, vicepresidenta de la Fundación Científica de la Asociación Española contra el Cáncer; o Natalia Ruiz Segovia, Psicóloga de la AECC.
En un enfermo de cáncer el cuidado de su parte afectiva y emocional es tan importante como los tratamientos. Con este curso se pretende que técnica y bioética se pongan en práctica de forma paralela y de un modo sinérgico y complementario, para que la atención al paciente sea integral.