Ir más allá de la aplicación de los protocolos y la ciencia y poner la tecnología al servicio de las personas. Es el llamamiento que el Papa Francisco ha hecho este lunes, 2 de septiembre, a los oncólogos durante su audiencia con los miembros de la Asociación Italiana de Oncología Médica (AIOM), que en las próximas semanas celebrarán su Congreso Nacional dedicado a cómo mejorar la atención de cada paciente.
“En un mundo como el nuestro, a menudo conflictivo en todos los ámbitos de la convivencia humana, la elección consciente y agotadora de un estilo que une y no divide” y de un cuidado de las relaciones con los enfermos, así como “vuestro esfuerzo por mejorar la atención de cada paciente”, según sus características biológicas y clínicas, “representa un signo elocuente no sólo para el mundo de la salud, sino para toda sociedad”, les ha dicho el Papa
De este modo, esta oncología de precisión que promovéis, “se convierte también en una oncología de la misericordia, porque el esfuerzo por personalizar el tratamiento revela una atención no sólo a la enfermedad, sino al paciente y sus características, a la forma en que reacciona a los medicamentos, a la información más dolorosa, al sufrimiento”. Es, en definitiva, una oncología al servicio de las personas.
La eutanasia, una visión utilitarista de la persona
Por el contrario, cuando la tecnología no está al servicio del hombre, ha denunciado el Papa, acaba reduciéndolo a una visión utilitarista entre los que merecen ser cuidados y los que no, porque los considera un peso. En esto se basta la práctica de la eutanasia que ya se ha legalizado en varios países “con la excusa de promover la libertad personal”. Una práctica que, en realidad, “se basa en una visión utilitarista de la persona, que se vuelve inútil u onerosa si desde el punto de vista médico no tiene esperanzas de mejora o ya no puede evitar el dolor”. Por el contrario, el compromiso de acompañar al enfermo y a sus seres queridos en todas las etapas de la enfermedad, tratando de aliviar su sufrimiento a través de los cuidados paliativos, u ofreciendo un ambiente familiar en el creciente número de hospicios, contribuye a crear una cultura y unas prácticas más atentas al valor de cada persona. “Nunca se desanimen por la incomprensión que puedan encontrar, o por la insistente propuesta de caminos más radicales y apresurados (…) Si eligen la muerte los problemas están en cierto modo resueltos; pero ¡cuánta amargura hay detrás de este razonamiento, y qué rechazo de la esperanza implica elegir renunciar a todo y romper todos los lazos!”
Concienciar a las personas y a la sociedad
Durante la audiencia, el Papa les ha llamado también a desarrollar un servicio de concienciación de la sociedad sobre la importancia del cuidado personal y del entorno. Ustedes que conocen la importancia de la prevención, que debe entenderse tanto como un diagnóstico precoz, recuerden que “la mejor y más verdadera prevención es la de un medio ambiente sano y un estilo de vida respetuoso con el cuerpo humano y sus leyes. Como sabemos, esto depende no sólo de las elecciones individuales, sino también de los lugares en los que se vive, especialmente en los grandes centros, que someten al cuerpo a un estrés continuo por el ritmo de vida y la exposición a los agentes contaminantes”. Algo, ha dicho el Pontífice, que nos lleva de nuevo a la necesidad del “cuidado del entorno natural, nuestra casa común a la que debemos respetar, porque nos respeta a su vez”.
Buscar siempre el bien de los demás
Finalmente, el Papa Francisco ha animado a los miembros de la AIOM a seguir trabajando en favor de los enfermos, siguiendo el ejemplo de Jesús, que fue el mayor maestro de la humanidad. “Que su figura, cuya contemplación nunca se agota tanto es grande la luz que emana de él, inspire a los enfermos y les ayude a encontrar la fuerza para no romper los lazos de amor, para ofrecer el sufrimiento por sus hermanos, para mantener viva la amistad con Dios. Que inspire a los médicos – que en cierto modo dijo que era vuestro colega, como médico enviado por el Padre para curar a la humanidad – para que busquen siempre el bien de los demás, para que se gasten generosamente, para que luchen por un mundo más solidario. Que inspire a todos a estar cerca de los que sufren, sobre todo de los pequeños, y a poner en primer lugar a los débiles, para que crezca una sociedad más humana y unas relaciones basadas en la gratuidad, más que en la oportunidad”.