05/02/2025
Presentación del libro de María Lladró: “Las siete carpetas de Angelique. Un relato sobre la ética en la empresa”
19/02/2025
Presentación del libro “El trabajo se transforma”
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Los problemas éticos que genera la actual pandemia son muchos y profundos. Conviene no caer en el decisionismo ni dejarnos llevar por una mentalidad utilitarista.
Compartimos estas líneas del Comité de Bioética de España: “Se ha afirmado que en los casos de epidemia y pandemia no solo se pone a prueba por la urgencia, el mayor riesgo y lo masivo de la situación las propias capacidades técnicas y las presuntas virtudes de nuestro sistema de salud, sino que también se demuestran los valores o su falta en las personas y en la sociedad. Crisis como las que estamos viviendo exteriorizan nuestras deficiencias personales e institucionales habituales o endémicas. Como tal, una epidemia grave, como otras crisis, debe ser también vista como una oportunidad para reflexionar y avanzar”.
Son bastantes los documentos que se han ido publicando para ayudar a hacer ese análisis ético con el mayor rigor posible. El 24 de marzo ofrecimos a nuestros lectores los tres primeros documentos que estaban a disposición de los profesionales y del público en general en ese momento, sin entrar en su valoración, así como unas instrucciones mucho más pragmáticas de la SEOM.
Desde entonces ha habido una auténtica cascada de documentos, en parte motivados por la alarma social que se generó, con toda lógica, porque desde algunos ámbitos se empezó a hablar de la «utilidad social» y del «umbral de edad» como criterios para la toma de decisiones en relación al ingreso de enfermos en las UCI.
En todos estos documentos -que, al igual que en los anteriores, ponemos íntegros a disposición de nuestros usuarios- hay un denominador común: los criterios para la selección de pacientes, si hubiere necesidad de hacerla, nunca pueden ser discriminatorios ni atentar a la común dignidad que todos los seres humanos compartimos, tengamos la edad que tengamos o suframos algún tipo de discapacidad.
Quiero finalizar esta entradilla con unas palabras extraídas del documento formulado por la Pontificia Academia de la Vida: “La pandemia pone de relieve con una dureza inesperada la precariedad que marca radicalmente nuestra condición humana. En algunas regiones del mundo, la precariedad de la existencia individual y colectiva es una experiencia cotidiana, debido a la pobreza que no permite que todos tengan acceso a la atención médica, aunque esté disponible, o a los alimentos en cantidades suficientes, que no faltan en todo el mundo”.
Esa constatación debería conducirnos a un cambio, personal e institucional, haciendo de nuestro mundo un lugar realmente habitable para todos. No olvidemos que otras crisis, tan preocupantes o más, siguen amenazándonos. Ojalá no sean ciertas las afirmaciones del historiador de Felipe Fernández-Armesto: “La única lección de la Historia es que no aprendemos las lecciones de la Historia (…) El hecho más inquietante de la Historia es que, a pesar del progreso técnico y científico, el ser humano queda tan inmoral y tan estúpido como siempre” (ABC Cultural, 4 de abril de 2020).
José Ramón Amor Pan
Coordinador del Observatorio de Bioética
y Ciencia de la Fundación Pablo VI