Presentamos el volumen 14 de la colección “Ciencia y Religión”, una iniciativa conjunta de la Cátedra Francisco José Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia Comillas y la Editorial Sal Terrae. Se trata de una colección única en lengua española sobre esta temática, que ofrece a los interesados obras de relevancia, conjugando el rigor con la divulgación. Hay que agradecer a ambas entidades el servicio que están haciendo.
Quienes estamos interesados en la antropología filosófica conocemos sobradamente al autor de esta obra, una de las figuras más destacadas de las últimas décadas. Ha ejercido la docencia en la Universidad de Deusto y en la UCA de San Salvador.
No es nada fácil hincarle el diente a este libro, novedad de esta primavera de 2019. No solo por las 647 páginas que lo conforman, que dan para muchas horas de lectura y reflexión; la amplitud de temas y datos, la profundidad en su análisis, así como la riqueza y actualidad de los autores y obras que utiliza hace de este libro una obra magna en el sentido pleno de la expresión. Puede decirse que estamos ante el culmen de toda una vida dedicada al estudio y la docencia sobre esta materia. ¡Felicidades, Profesor Carlos Beorlegui!
Hay que tener paciencia, por consiguiente, para abordar su lectura. Y levantar muchas veces los ojos para pensar y repensar lo leído. Pero vale la pena. Especialmente interesante el esfuerzo para quienes nos dedicamos a la Bioética: cada vez estoy más convencido de que detrás de cada problema bioético existe una cuestión antropológica… Son ocho capítulos:
- El ser humano, fruto de la genética, la epigenética y el desarrollo embrionario.
- El cerebro que nos posibilita ser y hacernos humanos.
- El proceso de hominización.
- El proceso de humanización. El ser humano, animal biocultural.
- La especificidad de la mente humana.
- La estructura comportamental del ser humano.
- El futuro de la evolución y de la especie humana. ¿Hacia una pos/transhumanidad?
- La naturaleza de lo humano, en discusión.
Quienes están acostumbrados a leer mis recomendaciones de libros saben que me gusta ofrecer siempre una cata, unas líneas que por sí solas inviten ya a la lectura del conjunto. En esta ocasión aparecen en la página 559 del texto. Aquí van:
“La experiencia continua nos indica que la sociedad humana suele desviarse de los intereses universalizables, centrándose en aquellas metas u objetivos que sirven ante todo, si no exclusivamente, a las minorías dominantes, pensando que después estas ventajas irán llegando poco a poco a todos. De igual manera, habría que ver en qué medida el progreso y el mejoramiento humano que persiguen los poshumanistas biónicos no está demasiado encorsetado en un primermundismo occidental que olvida las perspectivas y necesidades de otras culturas y ámbitos humanos. Se piensa que, tras conseguir las mejoras en el primer mundo, posteriormente llegarán de forma inevitable a todos los ámbitos y culturas humanas, aunque con cierto retraso. Pero la mayoría de las veces no suele ser así del todo. A los perdedores les llegan migajas, y demasiado tarde. Por eso, conviene no olvidar nunca estos reparos, para que no desviemos tanto nuestra atención hacia metas que, aun cuando nos mejoran, no nos humanizan; centrándonos más en las mejoras que realmente ponen el acento en lo más específico de lo humano para extenderlas a todos y hacer de este mundo una casa donde todos podamos vivir dignamente”.
Sin duda, las nuevas posibilidades tecnológicas puestas a disposición del ser humano en los últimos tiempos agudizan hasta límites insospechados todo ese debate. Al pensar en estas cuestiones, la sensación que le embarga a uno es la misma sensación de vértigo que tenemos cuando el suelo que creíamos seguro y firme se escurre bajo nuestros pies. La Bioética de inspiración cristiana no puede permanecer ajena a dicho análisis. El silencio sería una torpeza, una ligereza imperdonable.
Por eso no puedo más que alegrarme de la publicación de este libro y del gran trabajo que están realizando desde la Cátedra Francisco José Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia Comillas, iniciativas que se unen a otras de mayor escala, como el reciente congreso de la Pontificia Academia de la Vida sobre "La Robótica y sus implicaciones sociales, éticas y antropológicas" (Roma, 25 y 26 de febrero de 2019). El trans y poshumanismo no son un humanismo sino un antihumanismo; y aunque la Humanidad tiene que afrontar problemas urgentes de gran calado, éste no es de los menores.
José Ramón Amor Pan
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