Era el último deseo de D. Fernando Sebastián: rezad por mí. Hoy la Fundación Pablo VI se ha unido para dar las gracias por una vida de entrega a Dios y a la Iglesia. Sin aspavientos, con austeridad, sirviendo sin esperar ser servido, el Cardenal Fernando Sebastián, Arzobispo emérito de Pamplona Tudela fue todo en la Iglesia española, trabajando en los años de la Transición, junto al Cardenal Tarancón, para alcanzar la reconciliación en España.
Ayer fallecía en Málaga a causa del ictus porque el que estaba ingresado en el hospital. En la Fundación en la que fue presidente queremos rendirle nuestro homenaje y recordar algunas de los momentos que dejó su paso por esta casa que le impuso el 26 de abril de 2012 la Medalla de Oro
El 3 de octubre de 2018 inauguró el Congreso “La Iglesia en la Sociedad Democrática” junto a María Teresa Fernández de la Vega. Sus palabras fueron firmes, valientes pidiendo a una Iglesia en diálogo permanente, sin partidismos, ni localismos, sin miedo a la libertad. Y reclamó para los católicos su derecho a participar en la vida democrática con la misma intensidad y la misma intensidad que otros colectivos. “La Iglesia no es una amenaza para la democracia ni para las libertades de los ciudadanos, dijo, sino que es una defensora convencida de las libertades y los derechos de las personas, de todas las personas, desde su concepción hasta su muerte. Disentir no es traicionar sino colaborar. Querer a estas horas eliminar la Iglesia y la presencia de lo sagrado de la vida española es excluir de la vida social a un tercio de la población, negar la historia y desfigurar esencialmente la identidad de nuestro país y de nuestra cultura”.
El Cardenal Fernando Sebastián fue el encargado también de inaugurar el magisterio y la figura del Papa Montini, ya santo, el que denominaba “el Papa de su vida”. Un Papa que creyó en el diálogo “como instrumento para la convivencia humana” y que “abrió el camino a temas como la colegialidad, el ecumenismo y la libertad religiosa”, “el más reformador de toda la serie de Papas modernos” que abrió “nuevos tiempos de evangelización” en la Iglesia. Y hoy, dijo, los que se oponen a ese cambio “son los que quieren una Iglesia politizada y cautiva”