Miles de personas abarrotaron el primer templo malagueño este sábado para despedir a Don Fernando Sebastián, Arzobispo emérito de Pamplona-Tudela y primer Cardenal creado por el Papa Francisco. Don Fernando era enterrado en la diócesis de la que fue administrador apostólico y donde residía, tras un multitudinario funeral, presidido por el obispo de Málaga, Jesús Catalá y concelebrado por una veintena de obispos y sacerdotes de toda España. Entre ellos el Nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini; los Cardenales Juan José Omella y Carlos Amigo; los obispos de las diócesis de Pamplona, Ávila, Granada y Sevilla; el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello y el provincial de los Misioneros Claretianos, Pedro Belderrain.
Desde la misma sede donde Fernando Sebastián solía presidir la eucaristía todos los domingos, el obispo de Málaga lamentaba su gran pérdida. Con su partida “unos han perdido a un padre, otros un familiar, otros un amigo, otros un hermano. Pero todos hemos perdido un gran maestro, que ha sabido interiorizar las enseñanzas del único y divino maestro, Jesucristo, y nos las ha enseñado de manera magistral”. “Fue un fiel servidor del Evangelio y un abnegado pastor, que dedicó su vida a vivir como un creyente audaz y contracorriente”.
Su semblanza espiritual, leída por el vicario general de la diócesis, José A. Sánchez Herrera, se resume en tres llamadas que son las que han marcado su vida y su ministerio: “la llamada a ser misionero, a la teología y a ser pastor de la Iglesia”.
El Papa Francisco quiso agradecer en un telegrama enviado desde su viaje apostólico a Panamá “los abundantes frutos del servicio a la Iglesia en España” del Cardenal Fernando Sebastián de quien se ha declarado siempre lector y discípulo.
Sus restos mortales descansan ya en la cripta de la capilla de la Virgen de los Reyes de la catedral malagueña.
Funeral en la diócesis de Pamplona-Tudela
Un día después, en Pamplona, la Catedral de Santa María se llenaba de fieles para recordar al que fue su arzobispo entre 1993 y 2007. El ahora Arzobispo de Pamplona-Tudela, Francisco Pérez González, que presidió el funeral, destacó la figura de Fernando Sebastián como creyente, pastor y teólogo, que “nunca dejó de servir a la Iglesia aportando claridad de pensamiento, lucidez y precisión en sus análisis de la sociedad, de la pastoral y de la realidad eclesial”.
El recuerdo de la Fundación Pablo VI
La Fundación Pablo VI ha querido recordar también a quien fue su Presidente durante 6 años. D. Fernando Sebastián mantenía un cariño especial por esta casa que le otorgó en el año 2012 la Medalla de Oro, y la tuvo también presente en sus últimos momentos. “Rezad por mí en la capilla” pidió. Y así fue. Este viernes se celebró una oración de acción de gracias por su vida de entrega a Dios y a la Iglesia, y por su trabajo en favor del diálogo, el encuentro y la reconciliación entre españoles.
Defensor del diálogo sin partidismos
Fue aquí donde pronunció el discurso que se puede considerar como síntesis de su pensamiento y su magisterio, el 3 de octubre de 2018, en la inauguración, junto a María Teresa Fernández de la Vega, del Congreso “La Iglesia en la Sociedad Democrática”. Sus palabras fueron firmes, valientes, pidiendo una Iglesia en diálogo permanente, sin partidismos, localismos ni miedo a la libertad, y reclamando el derecho de los católicos a participar con intensidad en la vida democrática. “La Iglesia no es una amenaza para la democracia ni para las libertades de los ciudadanos, dijo, sino una defensora convencida de las libertades y los derechos de las personas, de todas las personas, desde su concepción hasta su muerte. Disentir no es traicionar sino colaborar. Querer a estas horas eliminar la Iglesia y la presencia de lo sagrado de la vida española es excluir de la vida social a un tercio de la población, negar la historia y desfigurar esencialmente la identidad de nuestro país y de nuestra cultura”, sentenció.
Su admiración por San Pablo VI
“Pablo VI era el Papa de mi vida” confesaba el Cardenal Fernando Sebastián en la inauguración, semanas antes, del Centro de Pensamiento dedicado al Papa Montini. Para D. Fernando, Montini era el Papa del diálogo “como instrumento para la convivencia humana”. “Quería una Iglesia libre, evangélica y capaz de recrear un humanismo nuevo” y abierta y dispuesta al diálogo con los no creyentes. Un Papa que sufrió incomprensión y rechazo de aquellos mismos que aún hoy, recordaba Fernando Sebastián “quieren una Iglesia politizada y cautiva”.
Como Pablo VI, D. Fernando huyó también de los partidismos. Era Evangelio auténtico, sin servidumbres, protagonismos ni cautiverios. Sólo se dejó cautivar por la persona de Jesucristo, a quien quiso ser fiel hasta el final.